La ciencia y Dios/Felipe de J. Monroy
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, decidió tomar con calma su regreso al trabajo para evitar alguna recaída, luego de ser operado a corazón abierto el pasado 31 de octubre.
Por eso es que su agenda se encuentra limitada a algunos eventos, sobre todo los públicos, para atender la recomendación de sus médicos, y evitar caminar mucho, y subir y bajar escaleras, aunque se sienta bien. “No se confié”, le dijeron, y eso es lo que hace.
Es por eso que Miguel Ángel Mancera no ha acudido al desayuno con los jefes delegacionales, a quienes ha mandado una explicación de su ausencia, y sus saludos.
El jefe de Gobierno evita lo que sucedió al secretario de Gobierno, Héctor Serrano, quien luego de ser intervenido, por un quiste en el riñón, este mismo año, pronto se incorporó a su trabajo, con la misma agenda apretada, lo que le generó que al mes tuviera una recaída.
Por eso es que varias de sus citas agendadas han quedado en espera.
Franeleros y permisos
La actual administración pondrá orden en un tema que se dejó crecer durante el gobierno de Marcelo Ebrard: el de los franeleros, personas que cobran por permitir estacionar vehículos en muchísimos lugares de todo el Distrito Federal.
Fue Benito Mirón Lince, el ex secretario del Trabajo, quien tuvo la desafortunada decisión de engafetar como trabajadores no asalariados a un número indeterminado de franeleros, también conocidos como “viene-viene”.
El gafete era para ubicar a esas personas, darles una especie de permiso, por zona, y trabajar a cambio de pedir una propina a los automovilistas por cuidarles su unidad.
Con el gafete como escudo, no pocos pronto lo usaron para apartar lugares y exigir cuotas que ellos imponen, e incluso para encarar a las autoridades, evitar ser desalojados o detenidos por faltar a la Ley de Cultura Cívica que determina arrestos para quien cobre por servicios no solicitados.
Por eso, el operativo previsto para este martes en Polanco, entre la jefatura de delegacional en Miguel Hidalgo y la Secretaría de Gobierno, marcará ruta para atender el problema pues se decidió desconocer toda clase de acuerdo con el gobierno, ante el abuso de los “viene-viene”.
Los Ecos Capitalinos nos cuentan que serán muchos otros los operativos para combatir a ese gremio al que la sociedad repudia.
Y es que a fin de cuentas muchas veces se les paga a los franeleros para que no roben autopartes, rayen unidades, o ponchen las llantas, como venganza por no recibir el dinero exigido.