En las nubes

No salen las cuentas

Por más que nos esforzamos no nos salen las cuentas.  El supremo gobierno nos informa que hay menos pobres. Y que hará un censo de los “muertos de hambre”. Es por ello que estamos en duda. Si somos ciento veinte millones de mexicanos, no sería mejor y mas barato el estudio de los que sí comen.

Si mal no recordamos después de cuarenta años seguimos en la misma, o peor, situación. Creen nuestras autoridades que al cambiar el apelativo del programa a “Prospera” se resolverá todo.

Hablemos de los nombres que han desfilado desde los últimos cinco sexenio, incluidos, claro está, los del PAN: Pider, con Echeverría; Coplamar con López Portillo; Programa Nacional de Solidaridad, con Salinas y Progresa-oportunidades, con Zedillo, hasta la fecha. Y seguimos igual o peor, sin excedernos en la apreciación.

Hoy, “Prospera” dice el gobierno, busca  que los beneficiarios  no solo sean sujetos del asistencialismo del Estado Mexicano, sino que reciban becas para estudiar la universidad y cursos de inclusión financiera para fomentar el ahorro. Con qué dinero. Pero, primero, deberemos crear empleos. La voluntad política no basta.

Encontrar alternativas para quien concluya la universidad. De qué vale tener todas esas ideas si no hay un proyecto concreto. Encontrar medios para quienes salen de las aulas. Que encuentren trabajo. Remuneración acorde a sus conocimientos. No obstante nadie cree en los beneficios. Sobre todo porque en las políticas públicas no existe un eficaz combate a la corrupción.

Olvidan que para erradicar la pobreza, la rendición de cuentas es el elemento indispensable. Lo que hoy no ocurre.  Sin eso, bien dicen, incluso la iniciativa más ambiciosa se perderá en la inercia.

Como hoy, que el Poli quiere convertir a sus egresados de la Escuela Superior de Ingeniería y arquitectura, en simples técnicos. Vaya para no decirles albañiles o plomeros.
Por eso y mucho más, no nos salen las cuentas alegres de nuestro joven mandatario.

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