Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
México, DF, a 4 de diciembre de 2014.- Al obsequiar unos minutos a reporteros que cubrían el homenaje póstumo realizado a la memoria de su padre en Bellas Artes, Estela, la hija que siguió los pasos de Vicente Leñero en la dramaturgia, soltó súbitamente una frase que le entrecortó la voz. “Ni siquiera me lo quiero plantear”, dijo. “Qué va a pasar después… A quién le voy a platicar todos mis proyectos”, comentó.
A través de esta breve entrevista, se pudo percibir que Estela Leñero no sólo perdió a su padre, sino también al mentor y al escritor cómplice. “En mi caso como dramaturga pues mi padre fue mi maestro, mi colega, mi amigo, y con él aprendí a escribir teatro aunque luego él decía que eso ya se traía”.
“Para mí sí es muy triste y doloroso ya que al encontrar mi camino en la dramaturgia y todo mi proceso de puesta es en escena, siempre con él era con el que platicábamos, trabajaba yo mis textos, compartía mis ocurrencias que iban surgiendo, y sí me da mucha pena, ni siquiera me lo quiero yo plantear qué va a pasar después, a quién le voy a platicar todos mis proyectos”, lamentó.
Pero la ausencia de su padre no sólo la afectará a ella, sino que recaerá como una lápida sobre cada una de sus hermanas, siempre amadas, siempre orientadas por su padre. Las pintoras Isabel y Eugenia, así como también la neurolingüista, Mariana, todas fuimos acompañadas siempre por él, “y pudimos escoger un camino propio”, expresó.
Sobre la ausencia en Bellas Artes de Doña Estela, no sólo la esposa sino “la razón de ser” de Vicente Leñero, como mencionara el dramaturgo Luis de Tavira, la hija del periodista explicó que ella decidió quedarse en la intimidad de su casa, “acompañada de su hermana, de su gente querida, para esperar las cenizas de mi padre a su regreso”, sin precisar nada más.
El otro gran ausente fue don Julio Scherer García, director general de la Revista Proceso, de quien refirió que su inasistencia a este acto se debió “a causas de fuerza mayor”.
Sentada en una de las salas con las que cuenta el Palacio de Bellas Artes, Estela Leñero habló sobre algunas de las obras de su padre, que se quedaron en el tintero a causa de su deceso.
Una de éstas, explicó, es un libro elaborado junto con Felipe Garrido.
Es un libro para niños, “donde él cuenta y hay una recopilación de fotos de muchas de sus experiencias de joven, de adolecente, de niño, hay como una secuencia, un recorrido, que él hace de su vida, que es un libro que ya está preparado, y creo que Felipe Garrido que creo que venía de
Guadalajara estaba tratando de concretar su publicación”, mencionó.
Por otra parte habló sobre su acostumbrado artículo para la Revista de La Universidad. “Tiene un artículo, que estaba en borrador, para publicar en su columna de siempre en la Revista de la Universidad sobre José María Fernández Unsaín. Sobre su actividad como poeta y su relación con él, no sé, está ahí, y no sé, ojalá que pueda salir aunque sea en borrador”, refirió.
Sobre el homenaje realizado a la memoria de su padre en Bellas Artes, expuso que fue un espacio donde pudo encontrarse con mucha gente para recordar a su padre.
“Para hablar de él con esas palabras tan maravillosas de Luis de Tavira, para hacer un recorrido de su obra y para abrazar, en mi caso y en el de mis hermanas, supongo, a nuestros amigos, que comparten nuestro dolor, pero también a mucha gente que mi papá estuvo con ellos y que no sabíamos de ellos, y que ha sido con un reencuentro o como un encuentro”. Ha sido un homenaje muy emotivo, muy bonito, finalizó.