Nadie puede acusar al TEPJF de alejarse de la Constitución: Mónica Soto
MÉXICO DF A 9 de octubre de 2014.- Con el grito de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, la multitudinaria marcha ciudadana que alcanzó los 15 mil manifestantes –según cifras del Gobierno del DF– ingresó a las inmediaciones del Zócalo de la ciudad de México, donde exigieron al gobierno federal su inmediata intervención para el retorno de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos –presuntamente– a manos de la propia policía de Iguala, Guerrero, el pasado 26 de septiembre.
Lamentablemente esta marcha –que tuvo réplicas en varios estados del país– no pudo concluir como se esperaba, en pleno Zócalo de la ciudad de México, y es que la Plaza de la Constitución estaba ocupada, esta vez, por una diversidad de stands que pronto serán parte de la Feria Internacional del Libro.
Por lo anterior, el epicentro de la indignación de estos casi 15 mil manifestantes quienes acompañaron a madres y padres de los jóvenes desaparecidos se dio en un templete colocado a un costado del Palacio Nacional, justo enfrente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ahí un grupo de estudiantes normalistas de Ayotzinapa y familiares de las víctimas expresaron su sentir frente a los miles de ojos solidarios que les miraban atentos.
Uno de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, sin decir su nombre, fue muy claro al señalar que jamás respaldarían las versiones de que la delincuencia organizada fue la responsable directa de la serie de brutalidades cometidas entre el 26 y 27 de septiembre contra sus compañeros estudiantes normalistas.
“Algo que sí queremos hacer énfasis es que por parte del gobierno municipal y por parte del gobierno del estado, que ahora se lavan las manos diciendo que quizá por parte del narcotráfico se suscitó todo esta situación, cuando nuestros ojos lo presenciaron, cuando nuestros compañeros fueron detenidos por fuerzas municipales y por fuerzas estatales, entonces ahí está la situación. A nuestros 43 compañeros vivos se los llevaron, vivos los queremos”, remarcó frente a la multitud, lo que generó la simultánea ovación del “no están solos, no están solos”.
“No nos vendemos, resistimos, eso es lo que nos ha mantenido y por eso el estado nos ve como enemigos”, refirió otro de los jóvenes de condición humilde, frente al micrófono.
“La sangre de nuestros tres compañeros asesinados y de nuestros 43 compañeros desaparecidos nos ha traído hasta aquí. Queremos dejar muy claro, somos estudiantes no somos enemigos de la sociedad”, externó.
Pero quizá uno de los momentos más conmovedores del mitin fue la intervención de uno de los 43 padres de familia con un hijo desaparecido. El señor quien tampoco dio su nombre, probablemente por temor a represalias, de tez morena, gorra y camisa de mezclilla, sólo pidió a las autoridades devolverle a su hijo con vida.
“Mi hijo está desaparecido. Y vengo de Tixtla. En Tixtla nació uno que fue guerrerense, nada menos que Vicente Guerrero, él fue el Presidente de la República, y de ahí surgieron varias personas que quisieron dar libertad a todo el pueblo mexicano (…) Hoy sólo pido a las autoridades que nos regresen a nuestros hijos. Ya sabemos quiénes se los llevaron, y así como se los llevaron, ellos que nos los entreguen vivos”.
Minutos más tarde, el actor Daniel Jiménez Cacho y el vocalista del grupo musical mexicano Café Tacuba, Rubén Albarrán, a nombre de los más de 15 mil manifestantes, leyeron un pronunciamiento de cinco puntos, en el que se destacó la enérgica protesta contra el Gobierno Federal por su demorada intervención en los lamentables hechos que enlutaron al estado de Guerrero y a la nación misma.
«Hacemos una enérgica protesta contra el Gobierno Federal por su tardía respuesta, pues tuvieron que pasar ocho días para que interviniera», sentenciaron.
Durante su participación en el templete, Jiménez Cacho expuso que hoy en día las instituciones públicas en México son incapaces de garantizar seguridad entre la ciudadanía.
En ese sentido, ambas figuras públicas remarcaron «Ayotzinapa nos duele, como nos duele todo México. Los crímenes que se han cometido contra los normalistas no pueden quedar impunes».
Posteriormente, y a nombre de todas las organizaciones participantes en esta nutrida marcha que partiera del Ángel de la Independencia y concluyera en el Zócalo de la Ciudad de México, leyeron el siguiente pronunciamiento:
1.- La presentación inmediata y con vida de cada uno de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, víctimas de desaparición forzada. Lo que demanda la implementación de protocolos eficientes de búsqueda apegados a los más altos estándares, internacionales. La acción coordinada e investigaciones rápidas y exhaustivas de todas las autoridades competentes.
2.- Esclarecimiento e identificación de los más de 20 cuerpos hallados en las fosas clandestinas de Iguala. Nos sumamos a la exigencia de los familiares de los desaparecidos de que sean antropólogos forenses independientes quienes determinen la identidad de los cuerpos encontrados.
3.- Enjuiciamiento y castigo a los autores materiales e intelectuales. No aceptáremos que los hechos se atribuyan al crimen organizado, dado que a todas luces sabemos que se trató de un crimen de Estado en el que policías y funcionarios de distintos niveles de gobierno estuvieron involucrados.
4.-Demandamos que las autoridades estatales y federales traten con todo respeto a los familiares de los estudiantes desaparecidos y los mantengan informados antes que a los medios de comunicación.
5.- Manifestamos nuestro apoyo y solidaridad a este modelo educativo y desde la sociedad civil reiteramos toda nuestra solidaridad con los desaparecidos, heridos, y los jóvenes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero.
La marcha en la Ciudad de México estuvo nutrida por estudiantes de distintas escuelas normalistas del país, campesinos de Atenco, universitarios de las Autónomas Metropolitana y de la Ciudad de México, además de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas, y distintas representaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Aunado a lo anterior, se sumaron decenas de organizaciones sociales y civiles.