Secuestran a Jueza de MasterChef en plena entrevista; ya fue liberada
CHILPANCINGO, Gro., 1 de marzo de 2014.- «Es como si estuviera en una cárcel», expresó el empresario capitalino Pioquinto Damián Huato entrevistado en su hogar, que tras el atentado a balazos que sufrió el 28 de enero se convirtió en una prisión de la que no puede salir por temor a perder la vida.
Cinco policías estatales resguardan el edificio ubicado sobre el jardín central, a un costado del zócalo de Chilpancingo, dos elementos en la entrada, otro en la escalera y dos más en la tercer planta, frente a la puerta de su hogar. Según relata, su prisión no comenzó el 28 de enero, sino seis meses atrás, cuando recibió la primera amenaza de muerte. Damián Huato comenta que recibió amenazas contra su vida después de que por primera vez acusó al alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos, de pertenecer a la delincuencia organizada.
«Llevo seis meses encerrado, desde hace seis meses yo casi no salía. Llevo encerrado desde que empecé a hacer las denuncias y me amenazaron de muerte, yo no tome las cosas muy a la ligera, yo sabía que había un enorme peligro para mi», relata. Pero fue el 28 de enero que definitivamente cerró la puerta de su hogar, cuando tras acusar nuevamente al alcalde de proteger a la delincuencia organizada, sufrió un atentado a balazos en el que perdió la vida su nuera Laura Rosas Brito.
«Mi familia ya está fuera del país, solamente quedamos aquí mi hijo Valter y yo», informó el empresario capitalino. Por el momento, dijo, no ha solicitado asilo político en otro país. Primero esperará a que su hijo se recuperé por la pérdida de su pareja, única víctima mortal del atentado. Damián Huato comenta que algunos amigos lo animan a quedarse en Chilpancingo, otros más le recomiendan que abandone el país.
Al respecto dijo: «No descarto pedir asilo político, pero yo digo que en todos lados se corren riesgos y si se muere uno por una causa justa, entonces se muere con nobleza». Sobre sus medidas cautelares, Pioquinto no las considera un privilegio. «Después de que recibes 180 tiros no creo que sea un privilegio, yo no creo que diosito quiera estarme cuidando a cada rato», expresó.