Reforma judicial deja sin protección a periodistas: Jan Albert Hootsen
LOS CABOS, Baja Clifornia Sur, 24 de septiembre de 2014.- La llegada el huracán Odile a la península cumple semana y media y la comida escasea.
Los niños de las colonias más pobres del municipio de Los Cabos son los primeros en formarse poco antes de las 8:00 de la mañana, se cuentan más de 60 y acuden a la cita para recibir su plato de comida y un vaso de agua.
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron distribuidos en los cuatro puntos de mayor pobreza, donde los efectos del meteoro se sintieron con mayor fuerza.
Las cocinas comunitarias de la SEDENA están equipadas con mil 800 comidas para aquellas personas que soliciten este apoyo.
“Mira, ya vamos a comer, aunque sea unos frijolitos, galletas y muchas tortillas, también hay mucha agua”, exclamó un niño a su madre, quien iba con una bolsa grande de víveres.
Los tráilers cuentan con una caja de carga que fue acondicionada como una cocina y donde se preparan las raciones de desayunos, comidas y cenas. Cuenta con la capacidad de almacenar hasta 400 kilos de comida y 300 litros de agua no potable.
Mientras que mil 100 litros de agua potable son concentrados en tinacos para ser entregados a los pobladores.
La Sedena aseguró que estas cocinas comunitarias tienen una capacidad de cinco días para hacer comidas y cuando se terminan las provisiones, son recargadas vía aérea por helicópteros.
Dentro del Programa de Desastres DNIII, que se implementó después de que el ciclón arrasó con Los Cabos, se contempla que estas ayudas alcancen a cubrir la cuota de tiempo de estancia de los militares