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MÉXICO,DF., 18 de octubre de 2014.- El Movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) sacó un comunicado que anuncia que “velaremos a cada uno de nuestros siguientes muertos en la puerta de la Secretaría de Gobernación (Segob), es decir, de cada una de las víctimas que han salido a la búsqueda de sus desaparecidos y se han topado con la muerte.”
Esta decisión viene a raíz del velorio que se montó delante de la Segob este viernes 17 de octubre, con el cuerpo presente de Margarita Santizo. Ella pidió por orden expresa, que si moría antes de encontrar a su hijo desaparecido, se colocará su ataúd delante de las instalaciones de la Secretaría de Gobernación en el Distrito Federal. Dicho acción, sirvió al final para que funcionarios de la Segob concretaran una reunión con el resto de familiares de Santizo.
El MPJD también pide a familias que se encuentren en la misma situación en la que estaba Santizo, a hacer lo mismo: “Convocamos a todas y todos los habitantes del país para que repliquen esto en sus localidades, con sus víctimas”.
En el comunicado, el MPJD reclamó la aparición con vida de los 43 estudiantes normalistas desparecidos el pasado 26 de septiembre en Iguala y acusa a los tres niveles de gobierno, de ser omisos.
A continuación reproducimos el manifiesto:
Desde su aparición el 28 de marzo de 2011, El MPJD ha sido voz de las víctimas de la violencia delincuencial e institucional, voz de los ciudadanos conscientes y sensibles del dolor que vive la Nación, voz de las niñas y niños lastimados, de las mujeres y los padres que se preguntan en qué clase de país vivimos, y voz de las muertas y muertos que el Estado, a pesar de todas sus argucias, no ha podido olvidar ni en fosas clandestinas ni disueltos o tirados al mar ni en el silencio al que ha querido someter a la prensa.
Por ello, mientras el horror, la injusticia y la guerra continúen no desapareceremos. Así como nos hemos sumado a la indignación nacional que en la desaparición de 43 normalistas, 6 asesinados y 11 heridos en Iguala, ha vuelto a visibilizar la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que a lo largo de estos años no hemos dejado de denunciar, nos sumamos también a la decisión y la voz de nuestra compañera Margarita Santizo, cuya última voluntad fue ser velada frente a la Secretaría de Gobernación para continuar denunciando el horror y la deuda que el Estado tiene con el país.
En esa lucida decisión vemos la presencia y la voz no sólo de nuestros compañeros que, como Nepomuceno Moreno y Trinidad Ramírez, fueron brutalmente asesinados sin hallar justicia, que como Eva Alarcón y Marcial Bautista fueron desaparecidos o que, como Roberto Galván y la propia Margarita Santizo, murieron sin ver a sus hijos volver a casa, sino los más de 100 mil asesinados, los más de 30 mil desparecidos, los más de 300 mil desplazados, y de las cientos de miles de familias rotas, a los que ahora se suman, como la punta del iceberg cuya profundidad de muerte y horror es inconmensurable, los normalistas desparecidos de Ayotzinapa.
A pesar de que Esteban Morales, el hijo de Margarita, y sus dos amigos desaparecidos junto con él, fueran policías federales, es decir, gente que trabajaba en la defensa de los ciudadanos, el Estado no hizo nada por devolverlos a sus madres. La presencia del cuerpo ya sin vida de Margarita Santizo en las puertas de la Secretaría de Gobernación es la muestra dolorosa y profunda de miles de madres que, como ella, aguardan y continúan aguardando la vuelta de sus hijos y la respuesta de un Estado omiso y corrompido hasta sus raíces.
Anunciamos que, de aquí en adelante y en la medida de nuestras posibilidades, velaremos a cada uno de nuestros siguientes muertos en la puerta de la Secretaría de Gobernación, es decir, de cada una de las víctimas que han salido a la búsqueda de sus desaparecidos y se han topado con la muerte. Y lo seguiremos haciendo hasta que el gobierno abra los ojos a la verdad. Convocamos a todas y todos los habitantes del país para que repliquen esto en sus localidades, con sus víctimas.
Frente a gobiernos omisos (del partido político que sea), en los tres niveles; frente al increíblemente inepto Poder Legislativo y un Poder Judicial entregado al sucio negocio de la venta de impunidad; frente a un Poder Ejecutivo ciego y sordo, el MPJD sube el tono de su reclamo y vislumbra su radicalización. Mientras los gobiernos luchan por hacer parecer el caso de los 43 muchachos desaparecidos y los seis muertos como excepcional, el MPJD insiste y reitera que es un caso “normal” y cotidiano en muchas regiones del país. Son la punta de un monstruoso iceberg. Y reiteramos también lo expresado a los entonces candidatos a la presidencia de la República, que no podían aspirar más que a ser los administradores del horror mientras no vieran y escucharan las voces de los vivos y las voces de los muertos, de aquellos que no habrán de aparecer. Tampoco podrán desaparecer nuestro pasado y nuestra memoria. Quien no recuerda su pasado está condenado a repetirlo.
El MPJD entiende que ni al crimen organizado, ni a los gobiernos les alcanza, ni les alcanzará jamás, para desaparecer a los habitantes de nuestra Nación y alza la voz para decir las veces que sea necesario que no vamos a desaparecer en la noche de la ignominia y el olvido.