Quadratín 2025: nace NL, fragua internacionalización, ajusta Edomex y SLP
Francisco Medina / Especial Quadratín México
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de mayo (Quadratín México).- Muchos nos preguntamos por qué se festeja el 1 de mayo, cuál es su origen? De acuerdo con varios documentos históricos del movimiento obrero mundial, el 1° de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Trabajo en homenaje a los llamados “Mártires de Chicago”, grupo de sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en 1886 por participar en luchas reivindicatorias para conseguir una jornada de trabajo de ocho horas, ya que en esa época era usual que la misma fuera de 12 y 16 horas diarias, pudiendo llegar, según la legislación norteamericana, a las 18.
En 1884 la Federación de Trabajadores de los Estados Unidos y Canadá convocó a los trabajadores para luchar por la jornada laboral de ocho horas, declarando, en forma unilateral, que los obreros iban a cumplirla a partir del 1° de mayo de 1886. El lema era: “Ocho horas para el trabajo, ocho para el sueño y ocho para la casa”.
En 1886, el presidente de Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó una ley (ley Ingersoll) estableciendo ocho horas de trabajo diario. Como los empleadores se negaron a acatarla, los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago iniciaron una huelga el 1º de mayo, que comenzó con una manifestación de más de 80 mil trabajadores liderados por Albert Pearsons. A partir de allí el conflicto se fue extendiendo a otras ciudades de Estados Unidos, entrando en paro más de 400 mil obreros en 5 mil huelgas simultáneas. La magnitud del conflicto causó preocupación al gobierno y al sector empresarial, que creyeron ver en las manifestaciones y huelgas el inicio de una revolución anarquista.
En Chicago las movilizaciones continuaron el 2 y 3 de mayo con violentos enfrentamientos entre los huelguistas y la policía. El punto culminante se produjo el 4 en la plaza Haymarket, en la que 20 mil obreros enfrentaron a casi 200 policías. Durante la manifestación, una bomba, cuyo origen no pudo ser determinado, mató e hirió a varios policías. La policía abrió fuego matando e hiriendo a un gran número de trabajadores. El gobierno declaró el estado de sitio y toque de queda, deteniendo a numerosos huelguistas. Los paros cesaron y los obreros volvieron a sus trabajos.
El 21 de junio de 1886 comenzó el juicio a 31 obreros acusados de haber sido los promotores del conflicto. Todos fueron condenados, dos de ellos a cadena perpetua, uno a 15 años de trabajos forzados y cinco a la muerte en la horca.
Luego, las empresas comenzaron a aceptar la jornada de 8 horas, que fue universalizándose. En 1889 el congreso en París de la Segunda Internacional (organización formada por los partidos socialistas y laboristas) acordó celebrar el Día del Trabajador el 1° de mayo de cada año.
Comienza a surgir el derecho del trabajo como un conjunto de mecanismos tendientes a proteger al trabajador (parte débil de la relación) de los abusos, y como forma de encauzar los conflictos sociales a través de la negociación, el diálogo y la composición, con la finalidad de desterrar la violencia de las sociedades.
En México, en el contexto de la Revolución Mexicana y en plena dictadura de Victoriano Huerta, en 1913 se organizó por primera vez la marcha del 1o de mayo, con varios actos en la capital, ahí los obreros exigían sus derechos.
A las diez de la mañana en punto, de ese jueves 1 de mayo, inició su marcha el Proletariado Metropolitano, en medio de un gran entusiasmo. Llevó como descubierta a la banda de Guerra y de Música de la Escuela Industrial de Huérfanos, siguió la Comisión Organizadora y tras ella, los Paladines de la casa del Obrero Mundial, portando una bandera roja cruzada por una franja negra.
Este símbolo, refiere la revista “Lideres Trabajadores” de la CTM, en su artículo “100 años de la conmemoración del Día del Trabajo en México”, era hasta la fecha desconocido. Se trata del emblema de la lucha de los trabajadores, de las aspiraciones del proletariado.
En Europa y en algunas entidades de la Unión Americana, los socialistas ya usaban esta bandera, pero en México, era totalmente desconocido. La Casa del Obrero Mundial, a iniciativa de Jacinto Huitrón, la adoptó como símbolo de la lucha de clases y como bandera de sus reivindicaciones sociales.
Así, refiere la CTM, lo narra Luis Araiza en su libro “Historia del movimiento obrero mexicano”. Además cuenta que los manifestantes llevaban un gran cartelón que decía: “Ni odios por razas, ni división por credos. Para el trabajo no hay más patria que el mundo ni más religión que la justicia social.
El recorrido partió de la Plaza de las Armas, pasando frente a la Catedral y los Portales, para penetrar a la calle de San Francisco (hoy avenida Francisco I. Madero), la que recorrieron en toda su amplitud; a su paso, desde los balcones y las azoteas se aplaudía a los trabajadores manifestantes,
La vanguardia de la columna al desembocar en la Avenida Juárez, sigue de frente hasta llegar al Hemiciclo al Benemérito de las Américas. Después de esperar la congregación total de los manifestantes, reseña la CTM, aborda la tribuna uno de los oradores de la Casa del Obrero Mundial, Rafael Pérez Taylor quien pronuncia ante los trabajadores, un discurso de corte anárquico.
El siguiente orador fue el obrero metalúrgico, Jacinto Huitrón, uno de los fundadores de la Casa del Obrero Mundial quien exalta la gesta de Chicago y la masacre del 7 de enero y termina exhortando a los trabajadores a una lucha tenaza y permanente hasta lograr el exterminio del régimen capitalista.
También sube a la tribuna el revolucionario liberal, Antonio Díaz Soto y Gama quien condena la opresión y la explotación del hombre.
Ese día la Comisión organizadora llevó consigo un estudio elaborado previamente que contenía las peticiones de los trabajadores y cuyo documento sería entregado a la Cámara de Diputados. Por tal motivo, la columna de manifestantes se dirigió hacia el recinto oficial del Congreso de la Unión, para cuyo efecto avanzó por la misma Avenida Juárez, dio vuelta por las calles de San Diego y penetra en la Avenida de los Hombres Ilustres, hizo un pequeño viraje para tomar la Avenida Cinco de Mayo y dar vuelta en seguida a las calles del Factor para situarse frente a la Cámara de Diputados (hoy recinto de la Asamblea Legislativa del DF).
A las doce del día, los diputados Gerzayn Ugarte y Serapio Rendón recibieron a la comitiva y el documento en donde demanda la reglamentación por Ley de la jornada de ocho horas de trabajo como máxima, la vigencia de una ley sobre indemnizaciones por pago en accidentes de trabajo y el reconocimiento obligatorio para los patrones de la personalidad de los directivos de las uniones y sindicatos de los trabajadores.
Diez años después, en 1923 siendo presidente de México el general Álvaro Obregón, se acordó oficialmente que el primero de Mayo es la celebración de la lucha obrera mexicana y a partir de 1925 con el presidente Plutarco Elías Calles, se decide que cada primero de Mayo se celebraría el Día del Trabajo.
En 1929 se crea en Partido Nacional Revolucionario (PNR) antecedente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al que se anexaron la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP).
En diversas condiciones, esta jornada se ha realizado casi ininterrumpidamente. Son 100 años de luchas con efímeras victorias, muchas vicisitudes y varias derrotas.
A lo largo de estos cien años de celebración del Primero de mayo se han dado también protestas por la carestía, desempleo, davaluaciones, represión y asesinato de trabajadores. Otro pasaje sobresaliente fue que al cumplir 95 años de edad Fidel Velázquez dispuso que la CTM, en lugar de celebrar con un desfile obrero el 1 de mayo, se organizara una fiesta en un recinto cerrado.
En el año 2009 con motivo del brote del virus de influenza que atacó al país se suspendió la concentración del 1 de mayo en la ciudad de México y el interior de la república. Pa el año 2012. Por la falta de condiciones de seguridad la CTM decidió suspender los desfiles conmemorativos en Nuevo León, Tamaulipas, Sonora y algunos municipios de Veracruz, ya que se confirmaba que en esas zonas no existía el ambiente de seguridad necesario para las concentraciones públicas que los trabajadores realizan en ese día.
En tanto, en el Zócalo de la Ciudad de México, más de 10 mil afiliados a la CTM y 40 organizaciones obreras pertenecientes al Congreso del Trabajo participaron en la concentración masiva.
A lo largo de estos cien años, también han surgido el llamado sindicalismo independiente en México, lo que ha generado que en el mismo 1 d mayo se den manifestaciones paralelas. Las oficialistas y las de los independientes.
El Frente Auténtico del Trabajo (FAT) resulta ser, en el panorama sindical de México, un participante extraño, tanto por sus orígenes como por la manera como se ha manifestado su presencia y por la vinculación con toda clase de reservas ideológicas, con el sindicalismo independiente de México, expresión que “sólo intenta poner de manifiesto su autonomía frente al Estado, pero no frente a los partidos políticos”.
El FAT nace con motivo de dos importantes conflictos de huelga. El primero se produce en el norte del país, en Saltillo, en el seno de un grupo industrial importante y familiar. La empresa afectada, “Moto Islo”, había revisado su contrato colectivo de trabajo y sus trabajadores se lanzaron a una huelga dirigida por el FAT. Pocos meses después, en la fábrica “Spicer”, en la ciudad de México, se produjo un acontecimiento semejante.
El final fue notablemente negativo para el movimiento obrero independiente, ya que se despidió a la mayoría de los trabajadores, aunque indeminizándolos. Ambos sucesos acaecieron en el periodo presidencial de Luis Echeverría. El sector patronal hizo todo lo posible por destruir el movimiento en su origen. El FAT, en su indefensión ideológica “dejaba puntos en su conducta”.
Aunque el FAT parece haber roto las amarras con sus antecedentes eclesiásticos, coincide en variadas ocasiones con la izquierda, sin que se produzcan definiciones comprometedoras. Su acción sindical es eficaz, gracias a la habilidad de sus dirigentes; se ha orientado hacia el mundo indefinido de la educación privada y pública.
Esta organización ejerce una clara crítica del sindicalismo mediatizado y suele poner de manifiesto las deficiencias del sistema político y la necesidad de devolver a los trabajadores su poder adquisitivo. Vive una etapa de consolidación, en espera de mejores oportunidades. Le preocupa la formación sindical de sus dirigentes, que frecuentemente viajan hacia América Latina y Europa, para asistir a cursos de dirigencia sindical. Como parte de su estrategia busca democratizar los sindicatos oficialistas, sin tratar de arrancarlos de su central de origen.
El programa de lucha del FAT ha sido considerado en diversas ocasiones como autogestionario, que establece metas a corto, mediano y largo plazos. Por ello, De Buen expresa que “se trata de una tarea larga de creación de conciencia de clase tan escasa en nuestro medio laboral. El FAT por lo mismo, no tiene demasiada prisa”.
Pretende, a largo plazo, la creación de un Estado socialista, sin clases, que explote racionalmente la naturaleza y no a los trabajadores. Que los centros de trabajo sean propiedad social y administrados por quienes los trabajan.
Establece, a mediano plazo, dentro de su programa de acción económica y política, lo siguiente: escala móvil de salarios, control efectivo de precios, creación del seguro de desempleo, jornada de cuarenta horas con pago de cincuenta y seis, administración de empresas con libros de contabilidad abiertos a los trabajadores, nacionalización de industrias clave, tierra, transporte, banca y compañía de seguros, terminación de monopolios y oligarquías, etcétera.
En el aspecto político, sus metas son: imponer el respeto al derecho de asociación y de organización política, democracia, independencia y autonomía de las organizaciones de los trabajadores, con respecto al Estado, los empresarios y el capital extranjero, etcétera.
A corto plazo, sus aspiraciones son: el aumento de general de sueldos, que supera el alza de artículos y servicios de consumo popular, tendiendo a establecer la escala móvil de salarios; organizar asociaciones populares de consumidores que orienten y organicen acciones de presión contra los encarecedores; crear auténticas cooperativas de producción, consumo, ahorro y crédito; desarrollar el proceso de organización, defensa y resistencia obrera, y denuncia pública contra despidos, listas negras, trabajo eventual disfrazado, contra el sindicalismo oficial, la corrupción de los tribunales laborales y contra la violación a la Ley Federal del Trabajo y a la Constitución general de la República.
Algo significativo en la práctica del FAT es la importancia que se da a la información de sus miembros en estos tres aspectos: jurídico, sindical y político. Mantiene una corriente de información con la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT), con el fin de solidarizarse con sus luchas, que en otros países estén librando los trabajadores del continente.
Los principales sindicatos afiliados al FAT son: el Sindicato Industrial 15 de Agosto de Trabajadores de la Industria del Vestido, Sindicato Libertad de Maquiladora de Pantalones, Sindicato 1o. de Mayo de la Industria de la Construcción, Sindicato Industrial 20 de Noviembre de Trabajadores de la Industria del Calzado, Sindicato “Ricardo Flores Magón” de Trabajadores de la Industria Hulera, con varias secciones, Sindicato “Emiliano Zapata” de Trabajadores del Campo, Sindicato 27 de Diciembre de Trabajadores de Laminados y Maquilado, Sindicato Nacional del Hierro, con varias secciones, Sindicato de Trabajadores de Losetas de Guanajuato, Sindicato de Trabajadores de la Música, etcétera.
Es frecuente observar que algunos autores aluden a la indefinición ideológica del mismo y, aunque en un principio siguió la tendencia social-cristiana, actualmente “se le puede catalogar como social autogestionaria”.95
En el medio empresarial se les considera como extremadamente apegados a sus ideales y, por lo tanto, cerrados a cualquier transacción que no sea plenamente propicia a los intereses de los trabajadores que representa. Ya se dijo que pugna a largo plazo por la autogestión; ésta se dará cuando se vean mayores indicios y posibilidades de un cambio social estructural.
Por otra parte, la Unidad Obrera Independiente es considerada como uno de los organismos sindicales dentro de los sindicatos independientes, ya que agrupa a los sindicatos de empresas muy importantes como Diesel Nacional, Nissan, Sindicato Nacional de Trabajadores de Aviación, Acros, Herramientas Cleveland, Bablock & Wilcox, Acero Solar, Química Hoechst y los de algunas compañías huleras, entre ellas, la Goodrich Euzkadi. El 1o. de abril de 1972 se constituyó la Unidad Obrera Independiente (UOI), con el propósito de tener una organización disciplinada de los trabajadores, manejada por ellos mismos. En 1983 contaba con una membresía aproximada de doscientos mil trabajadores.
Esta central agrupa tres tipos de asociados:
a) Los sindicatos que hayan logrado su independencia del aparato burocrático patrono-gobierno.
b) Grupos sindicales de cualquier central o sindicato.
c) Trabajadores sindicales o agrupados.
El Comité Coordinador Nacional es, en principio, el encargado de llevar adelante la política de los miembros de la UOI; acordar la realización de asambleas; organizar cursos y conferencias sobre temas históricos, económicos, políticos y sociales; editar el periódico mensual Claridad y folletos de divulgación, y conocer sobre las faltas o actitudes contrarias al programa. Esta organización no se solidariza con ninguna otra que no forme parte de sí misma ni presta apoyo a otros movimientos sindicales democratizadores o insurgentes. Aun cuando en su programa de acción específica que la clase obrera necesita de la alianza y de la solidaridad de otros sectores y organismos, en la práctica muestra una posición sectaria y separatista frente al movimiento obrero, en general.
La participación y toma de decisiones desde la base, como principio ideológico, se contradice con la estructura organizativa presentada, donde las decisiones finales quedan en manos del Comité Coordinador Nacional, que delega en su coordinador general, Juan Ortega Arenas, la toma de decisiones y ejecución de acuerdos.
En cuanto a la independencia política con respecto a los partidos, no obliga a sus agremiados a estar afiliados a ninguno; sí ataca permanentemente a los partidos de izquierda. Podríamos decir que los miembros de la UOI tienen una orientación ideológica reformista-burguesa, pero no comunista, como se ha dicho muchas veces.
Con la Revolución Industrial inglesa, cambiaron las formas de producción y organización del trabajo con la introducción de nuevas tecnologías, lo cual dio origen a la organización profesional en sindicatos o trade-unions, para los ingleses.
En México, por el desarrollo industrial tardío (1876-1911), la aparición del proletariado industrial ocurrió prácticamente durante esa época. La prohibición, existencia clandestina y después la tolerancia fueron etapas por la que transcurrió, en México, como en otros países, la organización sindical.
La ausencia legislativa en materia laboral, antes de la revolución de 1910, dificultó la existencia de los sindicatos, no así la acción colectiva de los trabajadores que ejercitaron el derecho de huelga aun sin la reglamentación, lo que demuestra, una vez más, la naturaleza de hecho o fenómeno de carácter social que tiene la huelga, no obstante la tendencia existente por reglamentarla.
Con el advenimiento de la Casa del Obrero Mundial y la creación del Departamento de Trabajo en 1912, surgieron las bases que prepararían el terreno para la organización jurídica del sindicalismo en la Constitución de 1917, artículo 123, fracción XVI, del apartado A, con base en el derecho de asociación profesional en la ley fundamental, comenzaron a estructurarse para nacer a la vida jurídica, la CROM, CGT, los sindicatos católicos, la UGCOM y la CTM, entre otros.
Con posterioridad, surgirían organizaciones independientes del Estado, a las que se pretendió afiliar al Congreso del Trabajo, durante la época del presidente Díaz Ordaz, con la intención del control y sumisión de estas organizaciones, lo cual no ocurrió.
Con la muerte de Fidel Velázquez y la desaparición de su liderazgo prolongado al frente de la CTM y la inducción económica del modelo neoliberal, a partir de la década de los 80 se hizo necesaria la reorientación de las estrategias de lucha sindical, pero la falta de auténtico liderazgo y representación de las organizaciones obreras no ha respondido a las exigencias de la clase trabajadora, quien ha rebasado en mucho las expectativas de sus líderes, comprometidos en política, con intereses personales y apetencias de poder y riqueza, no de defensa ni de mejoramiento de la clase a la que representan.
Es necesario reencauzar hacia el trabajo, como el compromiso permanente, la función del sindicato, para que pueda demostrar su utilidad y sobrevivir como la opción de estudio y defensa, pero también el mejoramiento de las condiciones de trabajo, de las cuales, hasta ahora, ha sido el protagonista.
QMX/fm