Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de julio (Quadratín México).- Frida Kahlo, una de las personalidades mexicanas más reconocidas a nivel mundial, cumpliría este día 105 años de edad.
La famosa muralista nació un día como hoy en el emblemático barrio de Coyoacán de la Ciudad de México.
Su obra, aunque motivada por el ambiente e ideales de los grandes muralistas nacionales de su tiempo, siempre se distinguió por darle un sello personal, el cual mezcló su carácter y sus sentimientos.
Una metáfora constante es lo que el espectador encuentra en sus trabajos. Fue un accidente, que sufrió a los 18 años de edad, lo que marcó su vida y la obligó a una larga convalecencia.
Ese tiempo fue el que invirtió en pintar, en expresar su dolor mediante imágenes, que aún en estos días parecen platicar la visión del mundo que le tocó vivir.
“El arte más poderoso de la vida, es hacer del dolor un talismán que cura, una mariposa renace florecida en fiesta de colores”, decía Frida. Kahlo unió su vida a otro reconocido muralista, Diego Rivera, y juntos vivieron grandes momentos de alegría y de profunda tristeza como la pérdida de un hijo, debido a un aborto.
Este acontecimiento, que como todo lo que vivió, sirvió para inspirarla. Es así que nacen dos de sus obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida y el aborto.
André Breton fue el encargado de llevar a Kahlo a las salas de exposición de Nueva York y París. Un salto cuántico que la llevó a ser reconocida como una “surrealista espontánea”, situación que hasta sus últimos días negó; hizo que su creación artística cautivara a miles de seguidores alrededor del mundo.
Hecho que ni el tiempo, ni la distancia han podido opacar, pues día a día se suman más fanáticos de su obra. Una nacionalista, que en su búsqueda incesante de las raíces estéticas de México, realizó espléndidos retratos de niños y obras inspiradas en la iconografía mexicana anterior a la conquista, pero son los relatos de su propio ser y su azarosa vida los responsables de ubicarla como una figura destacada de la pintura del siglo XX.
Es así que Quadratín México se une a este homenaje y la recordamos con trozos de su alma, que no sólo dejó en la tela, sino en palabras: “Tomaba para ahogar mis penas, pero las muy desgraciadas aprendieron a nadar…”, “Pies, para que los quiero si tengo alas para volar”, “Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad”.