
Descartan estructuras tipo horno en Rancho Izaguirre
VALLE DE MÉXICO, 23 de noviembre del 2016.- Aunque en Latinoamérica a las niñas víctimas de violación se les obliga a ser madres, es necesario cambiar esos roles y obligar a las autoridades y a la sociedad a acatar la norma 046, que establece que las víctimas de agresión sexual que llegarán a quedar embarazadas puedan interrumpir el embarazo, aún sin levantar una denuncia, se estableció en la conferencia Niñas, No Madres.
En la conferencia, Regina Tamés, presidenta del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), señaló que en México, de enero del 2009 a Junio del 2016, 28 mil 252 niñas, menores de 15 años, han denunciado haber sido víctimas de violación sexual, y sólo a 8.5 por ciento, es decir, dos mil 419, se les ofreció anticoncepción de emergencia, quedando un 88 por ciento de niñas con riesgo de embarazo.
Pese a ello, el problema es más grave, ya que de acuerdo con información de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), se denuncia menos del diez por ciento de las agresiones sexuales que se conocen.
“El embarazo y la maternidad forzada ponen en riesgo la vida de las niñas, ya que enfrentan afectaciones en su salud física, mental y en su proyecto de vida, afirmó Juliana Cano de la Oficina regional para las Américas de Amnistía Internacional, coincidiendo con las organizaciones Clacai, GIRE, y Planned Parenthood Global, que en el marco internacional de día de la No Violencia contra la Mujer, lanzaron la campaña Niñas, No Madres, que se puede consultar en niñas nómadas.org.
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