Contexto
La Maternidad
Hoy es el “Día de la madre”, instituido por don Manuel Becerra Acosta, y auspiciado por Excélsior un 10 de mayo. Ella es sencillamente el ejemplo de vida. Benditas sean, todos los días, desde el amanecer.
En noviembre de 2011 la editorial del Club Primera Plana editó otro libro del suscrito, “Mis Bendiciones”, en donde se narran experiencias y sucedidos dentro y fuera de las redacciones de los diarios. No se escatiman esfuerzos para hablar también de nuestra institución que agrupa a reporteros, escritores, filósofos, poetas, fotógrafos y otras gentes de bien, cuyos nombres han enorgullecido, enorgullecen, enriquecen y honran al periodismo nacional e internacional.
En cada capítulo (veintiséis), como al nombre de la obra literaria, el autor determinó titularlos con una consagración. Por ejemplo: “Benditos sean los que me entienden”. Por eso el nombre del volumen.
Lo comento en virtud de que el Papa Francisco, en una de sus pláticas desde el Vaticano, con los miles de católicos que llenan, como siempre, la Plaza de San Pedro, explicó ¿Por qué bendecir?
Consideramos, con singular alegría, compartirles esa inteligencia jesuita, con el honor de hacerlo, al reproducir sus palabras. Nos conmueve, al leerlas, porque nos recuerda capítulos que se enmarcan así.
Dijo el sucesor de San Pedro, hoy latinoamericano:
Al bendecir se crea un escudo de luz de protección divina, sobre la persona a la que nos referimos.
¡Es conexión divina!
¡De allí la importancia siempre de hacerlo con amor!
¡Bendice tu día, a tu pareja, a tus hijos, a tu familia, a tus amigos. Todo lo que haces, a tu dinero, sea mucho o poco!
Bendice a la persona que está cerca de ti. Puedes hacerlo mentalmente. Obsérvala y veras que hay un ligero cambio en su rostro.
Bendice tu cuerpo sin importar que en estos momentos este enfermo o sano. Bendícelo y llénalo de luz, de amor, misericordia y perdón.
Bendice tus relaciones, sin importar si te encuentres «solo», porque tú mismo te complementas.
Bendice tu trabajo, ¡te paguen poco o te paguen mucho!, porque al bendecirlo lo llenas de luz divina, y de esa forma te preparas para algo mejor. Tienes derecho a cosas maravillosas. Solo tienes que creer y sentirlo. Adelante Bendícete.
Bendice tu existencia sin importar que haya habido experiencias dolorosas. Eso simplemente son los escollos para superar y crecer.
Así que Dios te bendiga y te proteja y el Espíritu Santo te llene de sabiduría y entendimiento y te guíe en cada paso de tu hermosa existencia… Amén, concluyó el jesuita, sucesor de San Pedro.
Estamos seguros que al hacerlo, tenía presente también el recuerdo de La Maternidad.