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CIUDAD DE MÉXICO, 3 de mayo (Quadratín México).- El cártel de los Zetas y en especial Miguel Ángel Treviño Morales, mejor conocido como Z40, fueron señalados por Reporteros Sin Fronteras (RSF) como los principales “depredadores” de la libertad de información.
Estos son parte de una lista de 30 “depredadores” de la libertad de información divulgado con motivo de la celebración del Día de la Libertad de Prensa, aparecen también políticos, jefes de Estado, autoridades religiosas, milicias y organizaciones criminales que “censuran, encarcelan, secuestran, torturan y asesinan a periodistas”.
Agrega que México es un país particularmente mortífero para los periodistas.
Sobre Los Zetas y Miguel Treviño Morales asegura que han contribuido con sus acciones a hacer de México el país más peligroso del continente para los periodistas.
Los responsabiliza de la situación de violencia y peligrosidad que viven los periodistas, sobre todo, en el estado de Veracruz, donde, recuerda, han sido ejecutados nueve periodistas, entre ellos la corresponsal de la revista Proceso, Regina Martínez.
“Reporteros sin Fronteras acusa a la organización criminal Los Zetas de ser en parte responsable de la triste reputación de Veracruz, estado en el que han sido asesinados nueve periodistas y otros dos se encuentran desaparecidos desde el año 2010, y al que ahora se ubica entre los 10 lugares más peligrosos del mundo para el gremio”, añadieron.
“RSF acusa a la organización criminal Los Zetas de obligar, con sus exacciones, a las redacciones locales a la autocensura y a los periodistas al exilio (y de) ejercer presión sobre las familias de sus víctimas para hacerlas callar”.
Reporteros sin Fronteras, señala que las organizaciones criminales o paramilitares continúan, “tomando como blanco a los periodistas y a los medios de comunicación que consideran demasiado curiosos, demasiado independientes, a menudo hostiles”.
Puntualizaron que desde el año 2000 han sido asesinados 86 reporteros, mientras que 18 más se encuentran desaparecidos, “sin que se haga “justicia realmente en ninguno de estos casos”.
Advirtieron que los responsables, “deben rendir cuentas por estas violaciones flagrantes a la libertad de información que transgreden el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
En el último año, RSF desapareció de su lista a cuatro predadores: el ex ministro de Información, Correos y Telecomunicaciones de Somalia, Abdulkadir Hussein Mohamed; Thein Sein, presidente de Birmania, país que vive una apertura sin precedentes, pese a su situación de inestabilidad; el grupo ETA, y las fuerzas de seguridad de Hamás y de la Autoridad Palestina, cuyas exacciones contra los medios de comunicación ha disminuido de manera considerable.
No obstante, incluyó a cinco más: el presidente chino Xi Jinping, el grupo yihadista sirio Jabhat Al-Nosra, el partido de los Hermanos Musulmanes en Egipto, los grupos armados baluches de Pakistán y los extremistas religiosos de las Maldivas.
“RSF lanza la acusación con la esperanza de que esos individuos o movimientos se vean obligados un día a rendir cuentas ante la Justicia”, añade la organización no gubernamental, para quien la jornada que se conmemora este viernes debe servir para rendir homenaje a todos esos periodistas que pagaron su compromiso con su vida, libertad o integridad física.
Por otra parte, en una carta abierta dirigida al presidente Barack Obama con motivo de su visita a México, señalan que su estancia en México los días 2 y 3 de mayo de 2013, coinciden con la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa. “Reporteros sin Fronteras, organización internacional de defensa de la libertad de información, desea que su visita conduzca a un verdadero compromiso de su parte a favor de la restauración del Estado de Derecho y de las libertades públicas en ese país”.
Refirieron que el 28 de abril, convocados por varias organizaciones, entre ellas RSF, cientos de periodistas y defensores de los derechos humanos realizaron una marcha en catorce estados de la República Mexicana para reclamar el fin de la barbarie y la impunidad de las que con frecuencia son víctimas.
Indicaron que como fecha para esta manifestación eligieron el “aniversario” del asesinato de la corresponsal del semanario Proceso en el estado de Veracruz, Regina Martínez, cometido hace un año. La protesta tuvo lugar cuatro días después de que en el estado de Coahuila se encontrara asesinado de una manera atroz –su cuerpo fue desmembrado– al fotógrafo del diario Vanguardia, Daniel Alejandro Martínez Bazaldúa. En este mismo estado se encuentra desaparecido desde el 30 de abril el periodista Gerardo Blanquet, del grupo Radio Grande.
Añaden que si bien la reforma para “federalizar” los delitos contra periodistas y cualquier acto que atente contra la libertad de expresión –que facilita que las instancias federales puedan tratar estos casos–, aprobada en el Congreso el 25 de abril pasado, constituye un avance, esta nueva legislación no bastará. Así como también sigue siendo insuficiente, aunque su principio sea loable, el Mecanismo para la Protección de Periodistas puesto en marcha en octubre pasado, que por el momento sólo ha beneficiado a 48 personas, 13 de ellas periodistas.
En diez años México, reiteran, se ha convertido en el país más peligroso del continente para los periodistas; 86 de ellos han sido asesinados y otros 18 se encuentran desaparecidos. Entre las víctimas se encuentra Brad Will, ciudadano estadounidense y camarógrafo de la agencia Indymedia, asesinado en Oaxaca el 27 de octubre de 2006. En ninguno de estos casos se ha hecho realmente justicia.
El terror y la impunidad que persisten obligan a numerosos periodistas, blogueros y actores de la sociedad civil a esconderse o exiliarse, a veces en otro país, con la ayuda de organizaciones como la nuestra. Tras una misión realizada en México en marzo pasado, Reporteros sin Fronteras logró que se mantuviera tres meses más la protección otorgada a la periodista de investigación Anabel Hernández, reconocida especialista en el tema del narcotráfico. Pero estos esfuerzos siguen por debajo de una situación que los principales países socios de México tardan en ponderar. Las mismas organizaciones no están a salvo de las amenazas. Article 19 México fue recientemente víctima de ellas.
“El quebrantamiento del Estado de Derecho en México implica la responsabilidad de Estados Unidos. Éste, afecta la seguridad y el trabajo de los periodistas estadounidenses, que a veces enfrentan los mismos peligros que sus colegas mexicanos, y provoca que cada vez más periodistas y blogueros mexicanos se vean obligados a refugiarse en territorio estadounidense”.
Finalmente y sobre todo, este quebrantamiento muestra el fracaso de una política que pretendía luchar contra el narcotráfico y el reino de los cárteles. Estas tragedias muestran un horror alimentado por una ofensiva federal contra el narcotráfico que duró seis años, que dejó como saldo 80 mil muertos y que no alcanzó ninguno de sus objetivos. También hay que considerar que 80 por ciento de la droga que pasa por México tiene como destino Estados Unidos, mientras que 80 por ciento de las armas que circulan en México provienen de Estados Unidos.
A partir de esta situación, Reporteros Sin Fronteras, hicieron tres recomendaciones al gobierno federal de los Estados Unidos de América: que facilite las gestiones migratorias de los periodistas, blogueros y defensores de los derechos humanos mexicanos que se vean obligados a refugiarse en territorio estadounidense; que utilice su influencia en la Organización de Estados Americanos (OEA), junto con otros gobiernos, para que se haga justicia en los casos de asesinato y desaparición de periodistas en México; y que exija al gobierno federal mexicano resultados tangibles en la investigación del asesinato del camarógrafo estadounidense de Indymedia Brad Will, cuyo caso es un ejemplo de la complicidad de ciertas autoridades en los ataques a la libertad de informar en México.
QMX/fm