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Por Francisco Medina / Especial Quadratín México
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo (Quadratín México).- Aunque el tema central de su próxima visita a México será la economía, el presidente Barack Obama afirmó que también estarán sobre la mesa los temas de seguridad.
En ese sentido, el futuro de la Iniciativa Mérida de lucha antidrogas, para la cual Estados Unidos ha destinado unos mil 900 millones de dólares a México, será uno de los puntos centrales de la discusión entre Obama y Peña Nieto.
En una señal de la dirección que podría tomar, ambos gobiernos firmaron hace pocos días una nueva etapa de la Iniciativa Mérida, para destinar mayores recursos a la prevención y la justicia.
La nueva política antidrogas promovida por Peña Nieto, quien prometió al asumir la presidencia en diciembre pasado modificar la estrategia militar contra el narcotráfico de su predecesor Felipe Calderón, bajo cuyo sexenio se registraron más de 70 mil muertes, y enfocarse en bajar la violencia.
El ambicioso plan de reformas constitucionales del presidente Peña Nieto ha provocado un clima propicio para los negocios, coinciden analistas, lo que podría ser aprovechado por estos dos países que comparten desde 1994 un tratado de libre comercio y tienen unas relaciones comerciales de 460 mil millones de dólares anuales.
El tema del narcotráfico y su inherente relación con los Estados Unidos además de las divisas que la ilegalidad de la droga produce, sigue siendo un tema prioritario para asegurar el despegue social y económico de México, desplazado por la nueva potencia emergente latinoamericana que representa el Brasil de Dilma Roussef.
La mayoría de los analistas coinciden en señalar que la presidencia de Enrique Peña Nieto marcará un cambio de rumbo con respecto a la problemática del narcotráfico o bien servirán para confirmar que la plaga de la droga, más concretamente de la cocaína, sostenida por el enorme consumo de los Estados unidos resulta demasiado fuerte para México; y el problema del narcotráfico resulta por demás esclarecedor para explicar este pseudo fracaso socio-económico que paraliza de alguna manera la nación mexicana.
El grado crítico de violencia causado por la narcoviolencia latinoamericana ha metido el viejo debate sobre la legalización de la droga por primera vez en la agenda de presidentes.
Expertos en geopolítica de América Latina se preguntan -y se preocupan- acerca del futuro de México teniendo en cuenta que por un lado, los carteles urbanos de la droga nunca han sido tan poderosos y que por otro lado, la política militarista ha sabido generar una violencia casi sin precedentes.
La guerra al narcotráfico ya se ha cobrado más de 70 mil víctimas. El Estado mexicano parece haber perdido en algunos sectores, distritos, o ciudades el control territorial del país. Además, por si esto fuera poco no paran de crecer las denuncias por violaciones de los derechos humanos contra los propios militares encargados de asegurar la seguridad en las narco-ciudades.
El problema del narcotráfico en México parecería imponer un análisis geopolítico diferente del resto de los demás países latinoamericanos. Esto principalmente a las divisas que genera la ilegalidad de la producción y venta de cocaína. De esta manera los carteles de la droga en México cuentan con la posibilidad acrecentar permanentemente un poder armamentístico de calidad y cantidad.
En consecuencia, el Estado mexicano necesita procurarse indefectiblemente armamento para poder asegurar la soberanía y el control de su territorio, esto hasta que la cocaína sea desplazada hacia otros países de la región.
Esta necesidad armamentística del estado mexicano frente a la facilidad para adquirir armas de alta gama gracias a la rentabilidad que genera la ilegalidad de la droga vuelve sin duda al gobierno de México dependiente económicamente, de un proveedor de armas que en estos casos resulta ser el gobierno de Estados Unidos presidido por Barack Obama.
Por otra parte, de acuerdo a un análisis de la firma especializada Stratfor el poder de los cárteles mexicanos sigue creciendo, pues están trabajando para controlar los mercados que aún no tienen en sus manos.
El informe señala que es el tráfico de cocaína el que les ha dado más fuerza, e incrementan su presencia en Sudamérica, el Caribe, Europa, Australia y África.
Sobre Estados Unidos, Stratfor afirma que los cárteles mexicanos tienen cada vez mayor presencia, especialmente en ciudades como Atlanta, Chicago y Dallas.
“El tráfico de cocaína produce miles de millones de dólares que motivaron y financian la expansión global de los grupos mexicanos del crimen organizado, al permitirles comprar barcos y aviones, pagar contrabandistas y sicarios o sobornar a funcionarios de gobierno”, señala el informe de inteligencia.
Y aunque los cárteles mexicanos dominan el tráfico de cocaína, aún les falta controlar el tráfico de marihuana y la producción de metanfetaminas, según Scott Stewart, vicepresidente de Análisis de Stratfor.
“Hay varios factores de negocio diferenciado que tienen un profundo impacto en el comportamiento de los cárteles”, dijo Stewart, quien recuerda que estos grupos criminales son ante todo empresas comerciales. “Mientras que las ventas de marihuana siempre han sido una fuerte actividad financiera para los cárteles mexicanos, los grandes beneficios del comercio de cocaína son los que les han permitido ser tan poderosos como lo son hoy”, agrega.
QMX/fm