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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de mayo (Quadratín México).- En medio de las críticas de sectores del gobierno estadounidense y reflejados en los artículos publicados por Washington Post y New York Times contra la política de seguridad del presidente Peña Nieto, que ha modificado la colaboración con la Unión Americana en este tema, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegará este jueves a México.
En una intención de aminorar las riticas de su gobierno al mexicano, Obama señaló con suavidad “confió en que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hará que la seguridad y la economía del país mejoren”.
El mandatario estadounidense destacó que Peña Nieto ha tomado lo que calificó como “decisiones difíciles” y manifestó su esperanza porque con su gestión mejore la relación bilateral.
“Él ha tomado algunas decisiones difíciles. Creo que él va a hacer que la economía mejore, así como la seguridad de los mexicanos y eso va a mejorar también la relación bilateral”, enfatizó el martes en una conferencia de prensa realizada en la Casa Blanca.
Obama indicó que “en mi primera conversación con el presidente, él me indicó que continúa preocupado sobre cómo podemos trabajar juntos para hacer frente a los cárteles transnacionales de las drogas”, aseveró en referencia al encuentro ocurrido en noviembre pasado en Washington, cuando Peña Nieto visitó a Obama en su calidad de presidente electo.
Obama destacó las reformas impulsadas durante el actual gobierno. “Mi impresión es que el nuevo presidente es serio sobre las reformas”, dijo.
En ese sentido, dejó claro que uno de los temas fundamentales será el económico-comercial, para profundizar y mejorar el panorama.
“Hemos pasado tanto tiempo (hablando) sobre temas de seguridad entre Estados Unidos y México que nos olvidamos a veces de que este es un masivo socio comercial responsable por enormes volúmenes de comercio y de empleos en ambos lados de la frontera”, dijo.
El domingo pasado el Washington Post, en un reportaje con varias fuentes anónimas de ambos países, destacó que el Gobierno de Estados Unidos ve con sospecha la nueva estrategia de seguridad del Gobierno de Enrique Peña Nieto.
“El cambio de estrategia del Gobierno mexicano ahora busca enfocarse en la prevención y eso podría poner en peligro la cooperación que el Gobierno de Felipe Calderón forjó con el de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico”, indica la publicación.
“Y el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, ha destacado que la cooperación y colaboración que ambos países tienen en materia de seguridad tendrá límites, así como la presencia de agentes de Inteligencia estadounidenses en territorio mexicano, a diferencia de lo ocurrido durante el Gobierno de Felipe Calderón”, agrega.
Por otro lado, deja entrever posibles acuerdos con el crimen organizado en México y utiliza fuentes anónimas para dejar ver la posibilidad de que el gobierno peñista pudiera pactar con los cárteles.
El reportaje del Washington Post señala también que habrá un distanciamiento en la relación entre la CIA y el Cisen, que, asegura, prácticamente operaba bajo indicaciones de la agencia estadounidense. La relación seguirá, indica, pero en operaciones específicas.
En tanto, el New York Times publicó este lunes un reportaje que ejemplifica con el caso de un testigo protegido “la dinámica sombría que socava la alianza entre los Estados Unidos y México en la guerra contra el narcotráfico”.
“Una pelea que se siente más a menudo como el boxeo de sombra. Aunque los gobiernos están unidos por la geografía, ninguno de los dos cree que el otro pueda ser confiado a plenitud”, indica el reportaje.
The New York Times reconstruyó con informes clasificados de Inteligencia de la DEA la experiencia de Luis Octavio López Vega, un ex jefe de la Policía Municipal de Zapopan que trabajaba para el Gobierno mexicano, fue un asesor del director del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD) de México y un informante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos. Tras el arresto del general Jesús Gutiérrez Rebollo, zar antidrogas, de quien fue un colaborador cercano, México buscó también a López. Con la ayuda de la DEA, él y su familia huyeron a Estados Unidos, pero, más tarde, la agencia rompió sus lazos con él para evitar un conflicto de intereses con el Gobierno mexicano.
El reportaje, con entrevistas a Luis Octavio López Vega, su familia y amigos, y con más de 12 agentes y ex agentes de diversos organismos del orden en los Estados Unidos, trata de demostrar por qué la desconfianza mutua de los gobierno es justificada.
“La cooperación en temas de seguridad entre Estados Unidos y México ha estado bajo presión desde el pasado mes de diciembre cuando el presidente Enrique Peña Nieto tomó posesión. Su Gobierno considera que su predecesor Felipe Calderón permitió que los Estados Unidos jugara un papel demasiado importante en trazar la agenda de seguridad de México y también en la dirección de los operativos antinarcóticos según funcionarios de ambos países”, indica el reportaje.
QMX/grr