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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre (Quadratín México).- El presidente Felipe Calderón reconoció errores y aciertos de su sexenio y dijo que hoy es muestra de que estuvieron equivocados quienes hace seis años afirmaban que él no asumiría el poder y luego que no concluiría su sexenio.
“Hace seis años dijeron que no llegaría a la Presidencia y cuando llegué hubo quien dijo que no concluiría mi sexenio. Pero, hoy henos aquí a unos días de que termine mi periodo como presidente”, dijo el mandatario en su última comida como titular del Ejecutivo federal con concesionarios de medios de comunicación, y expresó que deja su cargo público y recupera con gusto y dignidad su rol amado de ciudadano.
En el marco de la clausura de la 54 semana de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), indicó que “esta generación actuó conforme a las circunstancias severas que enfrentó y hoy México tiene la base para tener un rostro distinto y mejor”.
Calderón afirmó que en su gobierno ha habido momentos difíciles, de gloria y de gran alegría, con errores y aciertos, pero más allá de eso, aseguró, “he actuado al tope de mis capacidades y mis limitaciones y he dado todo lo que he podido por México”.
El mandatario se definió como un hombre que ha recibido “innumerables bendiciones” y recordó que hace seis años, a unos días de tomar posesión, se reunió con representantes de este sector, en aquellos tiempos difíciles.
Se trataba de “un momento complejo, porque si bien es cierto que había gente en México que no sólo apostaba sino que trabajaba arduamente para que ni siquiera tomara posesión, henos aquí todos juntos y con la conciencia legítimamente fortalecida por el deber cumplido”.
Dijo que ha tenido la bendición de la familia de donde proviene, de un padre y una madre que le enseñaron principios y valores, a creer en el bien, buscarlo y practicarlo, así como de hermanos que se quieren entrañablemente.
El presiente Calderón expuso que también ha sido bendecido con una esposa extraordinaria, Margarita Zavala, quien lo acompañó en este acto, y unos hijos (María, Luis Felipe y Juan Pablo) maravillosos.
“La vida y la providencia me han dado también sueños por los cuales luchar, causas a las cuales entregarme. Pero sobre todo me siento enormemente bendecido por nuestro querido México, soy un profundo enamorado de México”, sostuvo.
Subrayó que se despierta todos los días anhelando el día en que México sea la nación que seguramente será, y ve el dolor que unos hombres causan a otros, “y me obligo a mí mismo a luchar para que ese dolor desaparezca”.
“Veo los problemas de México y refrendo mis profundas convicciones, las que me hicieron participar en la vida pública y reivindicar la política, no como el arte del poder por el poder, sino como actividad humana encaminada a la gestión y construcción del bien común”, expuso.
El titular del Ejecutivo federal comentó que ve al México que sufre en la inseguridad y la corrupción y la violencia y refrenda su compromiso de luchar desde la autoridad, el poder y la fuerza pública para imponer la legalidad y los derechos de todos por encima de quienes tanto amenazan la convivencia.
Sostuvo que los mexicanos no son dueños de las circunstancias que ha tocado vivir, ni de la adversidad que enfrentan, “pero sí podemos serlo del talante y el coraje para superarla y dejarla atrás”.
“A seis años de aquella ocasión en que como presidente electo me presenté ante ustedes, les puedo decir que luché incansablemente por lo que creí y por lo que creo. Que creo que México será un país de leyes, donde prevalezca la seguridad y el Estado de derecho”, externó.
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