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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de octubre (Quadratín México).- La idea generalizada sobre los riesgos en la salud por el consumo de productos cultivados con aditivos químicos o sustancias de origen sintético, ha provocado que el mercado de los alimentos orgánicos se encuentre saturado.
Los alimentos orgánicos, son aquellos libres de agroquímicos y que no son transgénicos, los cuales son fertilizados preferentemente con composta, con el fin de que éstos lleguen a la mesa libre de cualquier sustancia que pudiera provocar daños, tanto a la salud de los consumidores, como al medio ambiente.
El hecho de saber que los alimentos que no son orgánicos o convencionales pudieran ocasionar efectos nocivos en la salud, ha logrado que más y más gente compre comida orgánica cada año, lo que deja en claro que el movimiento orgánico está en constante crecimiento, considera el biólogo Juan Manuel Manzola, director de asuntos científicos y calidad de Sprim México.
Sobre las diferencias que hay entre la comida orgánica y la convencional, el especialista señala que tienen que ver con el sistema de producción, el medio ambiente, la sociedad, la inocuidad y sobre todo, el sabor.
Pero lo más importante, el derecho del consumidor a conocer desde el proceso de su producción y hasta cuando llega a la mesa, es decir dónde, cuándo y cómo se producen, transforman y transportan, ya que éstos van a formar parte del menú de tu familia.
Considera que al comprar ese tipo de productos se apoya la “inocuidad superlativa”, es decir, los cuidados en su proceso de producción como la higiene y limpieza, lo que asegura la calidad y evita cualquier residuo peligroso para la salud.
Un alimento orgánico certificado y correctamente manejado en todo el proceso comercial, no representa riesgo alguno para la salud, asegura el experto.
Uno de los puntos que más se destaca de la comida orgánica es el “sabor tradicional”, y es que cada vez que se prueba un alimento de ese tipo será una verdadera experiencia sensorial.
Al consumirlos, “debemos prepararnos para encontrar el sabor original que ancestralmente ha tenido ese alimento”.
Un ejemplo es la leche orgánica certificada de Biorganic que se encuentra actualmente en el mercado mexicano. Esta leche es producto de vacas que son tratadas como verdaderas reinas.
El rebaño pastea libremente, cada una lo hace en un terreno de 100 metros cuadrados y en un campo con pastizales que no se han tratado con pesticidas ni fertilizantes artificiales.
Los animales no son tratados con hormonas ni con antibióticos, comen un alimento que no ha sido cultivado con químicos ni pesticidas y se respeta su ciclo natural de crecimiento y reproducción.
Todos estos esfuerzos en conjunto dan como resultado una leche con un sabor incomparable y libre de todo tipo de aditamentos tóxicos que pueden llegar a ser dañinos para la salud.
Sobre las diferencias que hay entre los alimentos orgánicos y los convencionales, señala que los primeros mantienen su sabor original y sabroso, mientras que los segundos, en ocasiones pueden ser insípidos e incluso sintéticos.
Un producto orgánico es inocuo, sustentable y facilita el desarrollo social; el convencional, generalmente se descuida la higiene y puede tener residuos peligrosos para la salud, además su producción provoca erosión y contaminación, y dificulta el crecimiento de pequeños productores.
De acuerdo a estos factores, señala el especialista que los alimentos orgánicos tienen un valor agregado que es la confiabilidad, con la que los consumidores pueden llevarlos a su mesa.
Como ejemplo de empresas que se dedican a la producción de alimentos orgánicos, mencionó a Biorganic, compañía mexicana comprometida con la salud de sus consumidores.
La citada empresa produce alimentos ciento por ciento orgánicos y se especializa en el diseño, desarrollo, fabricación y distribución de alimentos.
Sus productos, señala, son cultivados bajo la premisa fundamental que es el respeto a la naturaleza y a la salud de los mexicanos, al no incluir pesticidas en los campos y al prohibir las hormonas en las vacas de donde se extrae la leche para elaborar todos sus alimentos.
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