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A su vez, el experto del Centro de Investigaciones en Ecosistemas, Carlos Alberto García indicó que la utilización de gasolina y diesel tiene una tasa de crecimiento, por lo que se estima que en 18 años su empleo se duplique.
Ante ese panorama, las alternativas para el transporte serán mejorar su eficiencia energética, renovación de la flota vehicular, el uso de autos eléctricos o híbridos, nuevas modalidades de transporte público, optimización de rutas y otros combustibles
Detalló que en México, el transporte consume 48 por ciento de la energía, la industria 29, y el uso residencial 23 por ciento.
Por ello enfatizó en las ventajas de los biocombustibles como el etanol, del cual dijo puede usarse como combustible puro o mezclado con gasolina, que se puede obtener de la caña, remolacha, sorgo dulce, maíz y trigo.
El investigador García, que junto con su tutor de doctorado, Fabio Manzini, del Centro de Investigación en Energía (CIE), realizaron la presentación, indicó que el etanol puede sustituir a los combustibles petrolíferos, es renovable y contribuye a la seguridad energética.
Además de mitigar los gases de efecto invernadero, generar empleos y propiciar el desarrollo rural y económico.
En México existe un marco regulatorio desde 2008 y un alto potencial de producción, pues se pueden aprovechar residuos de bosques y de cultivos, como rastrojos de maíz y trigo, y bagazo de agave.
No obstante, además de los biocombustibles, existen otras alternativas para la generación limpia de energía, como es el caso de la fusión nuclear que tiene la posibilidad de perfilarse como una de las opciones más viables para resolver la crisis energética.
Científicos de todo el mundo, entre ellos Heriberto Pfeiffer Perea, del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, trabaja para hacer realidad la obtención de energía mediante la fusión nuclear, pues asegura que día a día se agotan las fuentes tradicionales, los combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón.
El objetivo es fusionar dos átomos que produzcan un elemento que no sea contaminante y, a la vez, genere una gran cantidad de energía.
De este modo, la propuesta a nivel mundial es llevar a cabo, en un reactor nuclear, la fusión del deuterio (²H) y el tritio (³H), ambos isótopos del hidrógeno, porque esta reacción generaría una gran cantidad de energía, helio y un neutrón.
Por cada fusión se generarían más de 17 megaelectron-volts. Para ello, se requerirían menos de cinco gramos de deuterio y tritio, mientras que para obtener la misma cantidad de energía por medio de una combustión contaminante, se necesita casi una tonelada de carbón.
Pfeiffer Perea señala que en la Tierra existe suficiente deuterio (una parte de él por seis mil 500 partes de hidrógeno) para abastecer durante varios miles de años los reactores de fusión nuclear.
El tritio, en cambio, es prácticamente inexistente en forma natural, sólo hay una porción por 10²º partes de hidrógeno. Por eso hay que producirlo artificialmente, y la forma más viable es a través de una fuente de litio.
Los primeros estudios para obtenerlo, realizados entre 1970 y 1979, se enfocaron en este último y sus aleaciones metálicas, sin embargo, éstas se descartaron por sus altos índices de corrosión.
En su laboratorio del IIM, Pfeiffer Perea ha producido, por distintos métodos de síntesis, varios materiales cerámicos, como los aluminatos, los silicatos y los silicozirconatos de litio, que se pueden probar en la producción de tritio.
En la reacción de fusión nuclear propuesta, los productos obtenidos serían helio (un gas inerte) y un neutrón, que se utilizaría para irradiar el litio y, consecuentemente, obtener tritio.
Un reactor de fusión nuclear produciría tritio a partir de litio, pero no desechos radioactivos, explicó.
“Para tener un reactor de fusión nuclear, o lo que es lo mismo, un sol aquí, en el planeta, falta aún mucho trabajo relacionado no sólo con el contenedor y la producción de tritio, sino también con todos los sistemas alternativos y de control”.
En el futuro, los reactores de fusión nuclear podrían resolver los problemas cada vez más apremiantes de abastecimiento de energía eléctrica.
Los indicadores actuales muestran que, dentro de 40 ó 50 años, el costo de la energía eléctrica limpia generada a partir de la fusión nuclear será comparable con el costo de la energía eléctrica producida hoy en los reactores de fisión nuclear, o a partir de los combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural o el carbón.
Para que funcione, un reactor de fusión nuclear de tres mil megawatts necesitará 500 gramos de tritio por hora. Por consiguiente, los materiales cerámicos de litio productores de tritio deberán ser tan eficientes como sea posible.
Qmex/mmv/arm