Desmiente Grupo Salinas a Astor Asset Management; los tacha de criminales
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de julio, (Quadratín México).- Luego del cierre definitivo de la casa del migrante San Juan Diego, el lunes 11 de julio, desde el pasado viernes una gran carpa improvisada ubicada debajo del puente Independencia en la colonia del mismo nombre, en Tultitlán, Estado de México, es el refugio de cientos de migrantes de Honduras y El Salvador, principalmente, quienes todos los días hacen parada en ese lugar para tomar fuerza y seguir su camino hacia el norte del país y poder internarse a Estados Unidos.
Ahí ya no tienen las comodidades que había en el otro albergue, ahora, aun cuando duermen dentro de la amplia carpa, lo tienen que hacer en colchonetas; los que no tuvieron la suerte de alcanzar una lo hacen en el piso, encima de una gran lona sucia, tapizada de tierra y lodo por los pasos de los hombres y mujeres que entran y salen, que llegan y se van.
Las mesas y las sillas en donde se sientan a desayunar, comer y cenar, también son insuficientes como las regaderas (cuatro para hombres y dos para mujeres) y los sanitarios instalados a un costado de la gran carpa.