María Corina Machado, libre; afirma que Edmundo González será presidente
href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/03/Migrantes-venezuela.jpg»>CIUDAD DE MÉXICO, 17 de marzo (Quadratín México).- Los 14 años de gobierno de Hugo Chávez en Venezuela no sólo polarizaron al país entre quienes hicieron de la imagen del ex militar golpista y de su gobierno, una especie de religión, en donde quien no era chavista, era un traidor a la patria, a la llamada Revolución Bolivariana y por ende cualquier política del hoy finado mandatario.
Durante estos años del chavismo, Venezuela no sólo se dividió, también vivió un éxodo de ciudadanos que buscaron refugio en Estados Unidos, España, Panamá, Colombia, República Dominicana, Italia y aún en México como una forma de huir del hostigamiento mediático y político en contra de los no chavistas, a quienes se les acusaba de ser leales a Estados Unidos, a la oligarquía, de ser corruptos y traidores al pueblo.
Las cifras alegres de las políticas sociales instrumentadas en barrios populares como Petare, un símil de Tepito en la Ciudad de México, contrastan con los altos niveles de violencia en el país, que incluso superan “el muerto-metro” de la guerra contra el narco que instrumentó Felipe Calderón y que se mantienen a la alza en los primeros 100 días del mandato de Enrique Peña Nieto.
Hace una década, en un curso de periodismo al que asistí en Caracas, me sorprendió que en promedio cada semana, de acuerdo a los diarios El Nacional y El Universal de esa nación, se registraban 100 homicidios sólo en la capital del país, que por esos años rondaba en una población de cuatro millones de habitantes, es decir algo parecido a la población de Iztapalapa.
“Mucho alcohol, mucha gente armada, mucha rumba, pero también mucho resentimiento, familias divididas, los barrios confrontados entre los pobres, los chavistas y los que tenían dinero, los que criticaban a Chávez”, me explicó el colega venezolano del diario “Tal Cual”, Azdrubal Pérez.
Con una tasa oficial de 48 homicidios por cada 100 mil habitantes en el año 2012, Venezuela superó a México, cuya tasa se ha mantenido estable en 18 asesinatos por cada 100 mil habitantes, ello a pesar de la guerra calderonista contra el narco y sus “daños colaterales”.
Venezuela también está por encima de Colombia que logró bajar ese indicador a 41.8 por ciento en dos décadas en que estaba inmersa y aún sigue con las secuelas de un conflicto de guerrilla, paramilitares y cárteles de la droga.
Algunos empresarios, incluso dueños de medios de comunicación, empezaron a mudar sus capitales, sus empresas, sus familias desde los albores del chavismo y ello ante los anuncios de posibles expropiaciones, de un evidente cerco a la libertad de expresión y frente a un mandatario carismático, cantador, contador de historias, que denunciaba complots dominicales en su programa de radio “Aló Presidente”.
El sociólogo venezolano Iván de la Vega señala que en 2010 residían en el exterior aproximadamente 800 mil venezolanos. El dato revela una tendencia que se manifestó en las última década, porque hace 20 años los venezolanos que habían abandonado el país no superaban los 50 mil.
El Banco Mundial en su informe “Datos Sobre Migración y Remesas 2011”, destacó que en 2010 alrededor de 521 mil 500 venezolanos dejaron su país, derivado de causas como la crisis económica y detalló que esos ciudadanos “vendieron sus pertenencias, alquilaron sus bienes, se fueron con lo poco que tenían o sencillamente sin nada”.
Si bien se añade que ese año inmigraron o llegaron a Venezuela cerca de un millón de personas, no se trababa de nacionales, sino de un éxodo de chinos que buscan trabajo e instalar restaurantes o pequeñas empresas, refugiados colombianos, pero también de naciones amigas del chavismo de Medio Oriente y África, sin contar con el flujo constante de médicos y otros profesionales cubanos.
De acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, más de 200 mil venezolanos viven en el sur de esa nación, sobre todo en Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, pero sobre todo en Miami y ciudades vecinas donde se concentra la mayoría.
Luisa, una caraqueña emigrada hace cinco años a un suburbio de Miami, resume los motivos de su salida de la nación de las arepas: “los venezolanos de aquí no cambian por nada la seguridad. El poder andar hasta tarde con niños pequeños, es estar tranquilos.
“¡Y que los estantes de los supermercados están llenos en Estados Unidos, no como en Venezuela, nos dan ganas de tomar fotografías y enviarlas a la familia que se quedó para que se animen a salir!”, añade, mientras los medios de comunicación reseñan las exequias de Chávez y empiezan a reproducirse noticias de la escasez de alimentos en los supermercados de Caracas.
El éxodo de venezolanos no sólo se dio por motivos de inseguridad, violencia o falta de empleo, ya que entre 1999 y 2012 más de 8 mil solicitaron asilo político a Estados Unidos, alegando persecución y hostigamiento del régimen chavista.
A la par de esa causa, muchos médicos, enfermeras, investigadores, profesores, fueron desplazados por la llegada de profesionales cubanos contratados por el gobierno de Chávez como parte de los acuerdos para cobrar la factura petrolera a la isla. Se calcula que más de 12 mil científicos venezolanos integran “la fuga de cerebros” en la era chavista.
Esta es la otra cara del chavismo, de quienes no comulgaron con la Revolución Bolivariana y tuvieron que dejar su país para no ser tachados de traidores, de los profesionales que “cedieron” su empleo a fieles del régimen o médicos cubanos o quienes simplemente por razones de seguridad, de sobrevivencia, ante un país dividido, polarizado, con altos índices de violencia, abandonaron Venezuela.
QMX/dr/arm