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CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo (Quadratín México).– Las acusaciones contra el Papa Francisco por su conducta durante la dictadura argentina (1976-1983 ) son “calumniosas y difamatorias”, afirmó este viernes el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
“La matriz anticlerical de esas campañas son conocidas”, sostuvo el vocero papal, al referirse a las acusaciones contra el religioso Jorge Bergoglio, por estar presuntamente involucrado en la detención de dos misioneros jesuitas torturados por la dictadura en 1976.
A 48 horas de que el prelado argentino fue designado nuevo pontífice, el portavoz leyó una declaración definitiva luego que varios medios argentinos y de otras partes del mundo retomaron el caso que data de hace más de 30 años.
“Las acusaciones pertenecen entonces al uso de análisis histórico-sociológicos del tiempo dictatorial, hechos desde hace años por elementos de la izquierda anticlerical para atacar a la Iglesia y deben ser rechazadas con decisión”, subrayó.
En la reunión con los medios, efectuada en el Aula Pablo VI de la Santa Sede, Lombardi dijo que “la campaña contra Bergoglio es conocida, se refiere a hechos de hace mucho tiempo y ha sido promovida por una publicación que en ocasiones es calumniosa y difamatoria. El origen de izquierda anticlerical es notorio”.
Según el portavoz, Jorge Bergoglio “hizo mucho para proteger a la gente durante la dictadura militar”, y recordó que cuando se convirtió en arzobispo de Buenos Aires “pidió perdón para la Iglesia por no haber hecho suficiente durante la dictadura”.
La polémica sobre la actitud de la Iglesia católica argentina durante los años de la dictadura volvió al primer plano tras la elección como Papa de Jorge Bergoglio, quien siempre negó haber colaborado con la represión.
El arzobispo de Buenos Aires fue citado en tres ocasiones, únicamente como testigo, para declarar en juicios relacionados con ese periodo. En una ocasión por la desaparición de un cura francés, en otra por el robo de hijos de los desaparecidos y otra por la detención y tortura de dos jesuitas que finalmente fueron liberados.
“Nunca existió una acusación creíble en su contra. La justicia argentina lo ha interrogado una vez como persona informada de los hechos, pero jamás lo imputó. Él negó en modo documentado las acusaciones”, agregó Lombardi.
Por el contrario, dijo, existen muchísimas declaraciones que demuestran cuánto hizo el sacerdote argentino por proteger a muchas personas en el tiempo de la dictadura militar.
Recalcó que el militante por los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el nuevo pontífice no tiene “ningún vínculo que lo relacione con la dictadura”.
“Estamos acostumbrados a las campañas, ya nada nos sorprende. Nosotros nos vamos a concentrar en la parte positiva de la actitud simple y sencilla que está teniendo el papa Francisco”, enfatizó.
La represión de esos años dejó más de 10 mil de desaparecidos, según cifras oficiales, y más de 30 mil, según la organización no gubernamental de las Madres de la Plaza de Mayo.
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