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LAGO DE GUADALUPE, MÉX., 13 de marzo (Quadratín México).- Una vez que se conoció la designación del argentino Jorge Mario Bergoglio, Francisco I, como nuevo Papa, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) manifestó su alegría por la noticia, y expresó su amor, respeto, obediencia y fidelidad al nuevo Pontífice.
“Con inmensa gratitud a Dios nuestro Señor, que no deja de dar a su pueblo pastores según su corazón, la Iglesia que peregrina en México, expresa su profunda alegría por la elección del Emmo. Cardenal Jorge Mario Bergoglio como Vicario de Cristo, Sucesor de San Pedro, Obispo de Roma y Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, extendida por toda la tierra”, indicó.
En su mensaje con motivo de la elección del nuevo Papa, manifestaron que en vísperas de celebrar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, “expresamos a Francisco I nuestro amor, respeto, obediencia y fidelidad, al tiempo que ponemos en manos del Señor, por intercesión de Santa María de Guadalupe, su ministerio petrino, para que produzca frutos en abundancia, en bien de la Iglesia y del mundo entero”.
La jerarquía católica añadió que “hoy el nuevo Papa ha escuchado la voz del Señor que, a través de los cardenales electores, le ha dicho: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Así le ha confiado la misión de ayudarnos a confesar que Jesús es “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Asimismo, señala que en este Año de la Fe, ante el nuevo Sumo Pontífice, podemos exclamar con san Jerónimo: “Yo no sigo un primado diferente del de Cristo; por eso, me pongo en comunión… con la cátedra de Pedro. Sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia”.
Los sacerdotes mexicanos expresaron además que para la Iglesia que peregrina en América Latina, la primera elección de un Sumo Pontífice nacido en el “Continente de la Esperanza”, es motivo de gran alegría.
“Es para nosotros un signo claro del amor de Dios por las iglesias que peregrinan en estas tierras, en medio de gozos y sufrimientos, de problemas y oportunidades. Es, en fin, una señal de amor que nos compromete a vivir cada día como verdaderos discípulos y misioneros de Cristo”, añadieron.
“Unidos al Sucesor de San Pedro, principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles reconociendo que, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, tiene potestad plena, suprema y universal para guiarnos a la comunión con Cristo y entre nosotros”.
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