Levanta el vuelo el helicóptero que conduce a Benedicto XVI a Castel Gandolfo

href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/02/pp1.png»>CIUDAD DEL VATICANO, 28 de febrero (Quadratín México).- Hace unos minutos, despegó el helicóptero que conduce al Papa Benedicto XVI a la residencia de descanso de Castel Gandolfo, donde permanecerá al menos por dos meses.

La nave alzó el vuelo en medio de una sinfonía de campanas de todos los templos ubicados en los alrededores de la Santa Sede.

Antes de abordar el helicóptero, el pontífice se despidió en medio de aplausos de los cardenales y empleados del Vaticano presentes en el patio de la Santa Sede y abordó el auto que lo llevó a la nave.

Sereno recibió el saludo y la reverencia de los purpurados antes de abandonar la que fuera su residencia por casi 8 años.

Poco después de las 16:55 horas locales (15:55 GMT), salió al Patio de San Damaso, en el Palacio Apostólico, y fue recibido por un largo aplauso de los presentes y luego saludó de mano a algunos funcionarios de la Secretaría de Estado de la Santa Sede.

Inmediatamente abordó un coche que lo trasladó al helipuerto vaticano, en compañía de su secretario personal y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gaenswein, y escoltado por motocicletas y otros vehículos con sirena.

En el helipuerto, Benedicto XVI era esperado por el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, y Giovanni Lajolo, presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, quienes le dieron el último saludo.

Instantes después, el Papa abordó la aeronave, con la inscripción “República Italiana”, al tiempo que las campanas de la Basílica de San Pedro comenzaron a sonar y el helicóptero levantó vuelo.

En la plaza vaticana, cientos de personas se congregaron espontáneamente para ver la partida del pontífice, mientras decenas de periodistas de varios país del mundo transmitieron la noticia en tiempo real.

Exactamente a las 17:06 horas locales (16:06 GMT), el helicóptero despegó las ruedas del suelo y se dirigió hacia el horizonte, con destino a Castel Gandolfo, a 25 kilómetros de distancia, donde lo esperaba una multitud para el último saludo de su pontificado.

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