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CIUDAD DEL VATICANO, 27 de febrero (Quadratín México).- Este miércoles el Papa Benedicto XVI realizó su última audiencia general en la Plaza de San Pedro del Vaticano, en el marco de su renuncia que entrará en vigencia mañana 28 de febrero.
En su discurso, Benedicto XVI aclaró que su decisión de renunciar al pontificado no significa bajarse de la cruz ni regresar a una vida privada, pues cuando aceptó ser Papa en 2005 sabía que iba a servir a la iglesia para siempre.
No existe, mencionó, un regresar a la vida privada. No regreso a una vida de viajes, encuentros, recepciones y conferencias.
“No abandono la cruz, sino que permanezco en modo nuevo adherido al crucifijo. No tendré más la potestad del oficio para el gobierno de la iglesia, pero en el servicio de la oración me quedo, por así decir, en el recinto de San Pedro”, agregó.
Reiteró que en los últimos meses sintió que sus fuerzas habían disminuido y pidió a Dios con insistencia la luz para hacerle tomar la decisión más justa no por su bien, sino por el bien de la Iglesia.
Agregó que amar a la iglesia significa también tener la valentía de tomar decisiones difíciles, sufridas, poniendo siempre en primer lugar el bien de la misma y no el propio.
“A lo largo de mi papado tuve momentos positivos pero también afronté tempestades”, expresó el pontífice ante más de 150 mil personas.
Se resalta que los cardenales mexicanos Juan Sandoval Iñiguez y Norberto Rivera Carrera asistieron a esta ceremonia, quienes se sumaron al grupo de unos 70 purpurados y más de 150 mil fieles, un día antes que entre en vigor su renuncia del Papa al Vaticano.
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