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En el caos que reina en Siria, Hezbolá es el destinatario del armamento sirio, pero mientras Asad siga gobernando es su máximo protector, junto a su bienhechor de Teherán.
Hoy, domingo, el principal de la oposición acusó al grupo libanés Hezbolá, por intervenir militarmente en el conflicto en Siria, haciendo hincapié en que se trataba de un “peligro” para la paz y la seguridad en la región.
De acuerdo con el Consejo Nacional Sirio (CNS), miembros del Hezbolá lanzaron ayer sábado, un ataque armado contra tres aldeas en la región Quseir, pobladas en su mayoría por chiíes libaneses, cerca de la frontera con el Líbano, causando bajas entre la población civil, provocando tensiones sectarias y empujando a huir a centenas de personas.
Al menos doce rebeldes sirios y dos miembros de Hezbolá, el partido-milicia chií de Líbano, han muerto en las últimas 48 horas durante intensos combates en el lado sirio de la frontera entre ambos países, mientras que 30 opositores han resultado heridos, lo mismo que 17 integrantes del Hezbolá.
Hasta ahora el líder de Hezbolá, Hasan Nasrala, no asume la responsabilidad por lo que hacen sus fuerzas, pese a que declaró el pasado mes de octubre que uno de sus comandantes, Alí Husein Nasif, había muerto precisamente en el lado sirio de la frontera, como consecuencia de un bombardeo rebelde. Nasrala, dijo que los miembros de sus grupos paramilitares lucharon contra los rebeldes sirios, por una decisión independiente y sin una orden expresa de su formación.
El Hezbolá publica cada tanto comunicados en los que anuncia la muerte de uno de sus combatientes en “el ejercicio de su deber yihadista” sin aclarar donde se produjo esa caída del “mártir”. La oposición libanesa, dice que se trata de miembros del Hezbolá que luchan en Siria por expreso mandato de Irán. Nasrala enumeró hasta 23 localidades pobladas por libaneses en Siria que se habían levantado en armas contra los rebeldes sirios, pero negó que recibieran asistencia directa de Hezbolá.
Los Asad que pertenecen a la secta alauí, una rama del Islam chiíta que es minoritario en su país, ha dominado el poder en Siria desde 1960. El área cerca de la ciudad fronteriza de Quseir, está en poder de los rebeldes sunitas. Es una ruta de abastecimiento principal de los insurgentes sitiados en la ciudad de Homs. Hezbolá es chií mientras que la mayoría de la población siria y los rebeldes que luchan contra el régimen de Bashar al-Asad son sunitas.
Según el Consejo Nacional Sirio, Hezbolá utilizó “armas pesadas abiertamente” lo que provoca una “grave amenaza para las relaciones entre Líbano y Siria y la paz y la seguridad en la región”.
Hezbolá se desempeña como un partido político al tiempo que es una fuerza paramilitar muy potente, armada con el más sofisticado armamento entregado por Irán a través de Siria durante años. El CNS, responsabiliza al gobierno libanés por las actividades del Hezbolá y le exige poner fin a esta “agresión”.
El Líbano dividido entre quienes apoyan al Hezbolá y sus aliados sirios que dominan el gobierno y quienes dan su apoyo a la oposición contra el régimen sirio y contra la hegemonía Siria sobre Líbano se convierte en una nación ingobernable.
Navi Pillay, la Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, reiteró su llamado para que la comunidad internacional remita a la Corte Penal Internacional (CPI) y al Consejo de Seguridad de la ONU una investigación sobre los “crímenes contra la humanidad y los crímenes de guerra” cometidos en Siria. “Hacemos un llamado a la acción inmediata. Si hay dudas o vacilaciones, es porque la gente está cuestionando el valor de una guerra en lugares como Libia, Siria y Afganistán”, dijo.
“Ésta podría convertirse en una guerra interminable sin ninguna garantía de que los civiles no vayan a seguir sufriendo”, agregó. Además, consideró que el presidente sirio Bashar al-Asad debe responder ante la justicia internacional por crímenes cometidos en Siria. “Él es el responsable y el Consejo de Seguridad debe tornar el caso a la Corte Penal Internacional (CPI)”, agregó. El Consejo de Seguridad está dividido sobre la cuestión de Siria. China y Rusia han puesto reiteradamente veto a los proyectos de resolución contra el presidente Asad.
El ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, abogó en Abu Dhabi por una acción en Siria para promover una transición sin problemas del régimen del presidente Bashar al-Asad. “Dado el enorme precio que el pueblo sirio ya ha pagado (…), es más urgente que nunca tomar medidas para superar las divisiones en favor de una transición política”, dijo el Sr. Le Drian a los participantes de una conferencia sobre la defensa del Golfo que se celebra en Abu Dhabi.
Estas declaraciones se produjeron cuando cientos de civiles fueron secuestrados en dos días en el noroeste de Siria. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), esta ola de secuestros se inició el jueves, cuando más de 40 civiles en las aldeas chiítas de la región de al-Foua Kafraya y de Idleb, fueron secuestrados por un grupo armado. Unas horas más tarde, más de 70 personas de las aldeas sunitas fueron secuestradas por grupos que apoyan al régimen, y lo mismo sucedió con decenas de sunitas, de las aldeas Saraqeb, Benech y Maret al-Nomane.
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