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WASHINGTON, 1 de febrero (Quadratín México).- En Estados Unidos los partidos políticos, sus candidatos y grupos de interés gastaron la insólita y estratosférica cantidad de más de siete mil millones de dólares durante la campaña electoral que llevó a Barack Obama a la reelección presidencial en noviembre pasado.
De acuerdo a cifras reveladas por la Comisión Federal Electoral (CFE) de Estados Unidos, el demócrata Obama y el ex candidato presidencial republicano, Mitt Romney, gastaron tres mil 200 millones de dólares.
Los partidos políticos gastaron dos mil millones de dólares, mientras que los comités de acción política erogaron unos dos mil 100 millones de dólares.
Las cifras históricas equivalen a la mitad del presupuesto de las Olimpiadas de Londres de 2012 y ponen en evidencia el inmenso caudal de dinero destinado a anuncios televisivos, eventos, publicidad puerta a puerta y otro tipo de actividades electorales en Estados Unidos.
El recién pasado ciclo electoral de 2012 fue el primero en el que se permitió la actividad de los conocidos como Super-PAC, que en virtud de una sentencia del Tribunal Supremo, pueden recibir contribuciones individuales sin límite de cantidad.
Los candidatos y sus partidos sí tienen restricciones en cuanto a recepción de donaciones, según la CFE.
Los Super-PAC desempañaron un papel fundamental en el gasto electoral, al destinar grandes sumas para apoyar a un determinado candidato de manera independiente o hacer campaña negativa en contra de otro.
No obstante, los antiguos PAC (Comités de Acción Política), que sí están sujetos a límites, gastaron mil 200 millones de dólares, por encima de los 950 millones de los Super-PAC.
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