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CIUDAD DEL VATICANO, 28 de enero (Quadratín México).- México perdió este fin de semana a uno de sus electores de un futuro papa, el cardenal Javier Lozano Barragán cumplió los 80 años y por ello dejará de tener derecho a ingresar a un cónclave.
Nacido el 26 de enero de 1933 en Toluca, estado de México, actualmente vive en Roma como presidente emérito del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Operadores Sanitarios, el organismo del Vaticano que coordina las acciones de la Iglesia en materia de salud.
Ordenado sacerdote el 30 de octubre de 1955, Lozano Barragán fue designado obispo auxiliar de la Ciudad de México el 5 de enero de 1979 por el papa Juan Pablo II y recibió la ordenación episcopal el 15 de agosto siguiente.
Poco más de cinco años después, el 28 de octubre de 1984, fue trasladado como obispo de Zacatecas y el 7 de enero de 1997 fue llamado desde El Vaticano para hacerse cargo de la Presidencia del Pontificio Consejo.
Fue elevado a la dignidad de cardenal el 21 de octubre de 2003 y, en abril de 2005 participó como elector en el cónclave del cual salió elegido Joseph Ratzinger.
Dejó su puesto en la Santa Sede el 18 de abril de 2009, cuando el papa le aceptó la renuncia obligatoria presentada tras haber sobrepasado la edad de jubilación de los prelados de la Iglesia establecida en 75 años y lo sustituyó el arzobispo polaco Zygmunt Zimowski.
México cuenta actualmente con cuatro cardenales, tres de los cuales son todavía electores. Empero uno de ellos, el retirado arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, perderá su derecho a ingresar a un cónclave el próximo 28 de marzo, cuando cumpla los 80.
Los otros purpurados son Francisco Robles Ortega, actual arzobispo de Guadalajara de 63 años de edad, y Norberto Rivera Carrera, de 70.
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