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GUATEMALA, 7 de noviembre (Quadratín México).- El presidente Otto Pérez Molina admitió hoy que Guatemala vive una “tragedia nacional” por el terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter, que causó al menos 39 muertos, 155 heridos y severos daños materiales, según cifras aún preliminares.
A su llegada por la tarde a San Marcos, departamento en la frontera con México y el más afectado por el temblor, el presidente Pérez Molina confirmó el saldo fatal del movimiento sísmico, cuyas peores consecuencias ocurrieron en esta región occidental.
Pérez Molina ratificó que su gobierno concentrará esfuerzos en “preservar la vida, rescatar a las personas en riesgo y atender a los damnificados”.
Al presentar el informe preliminar luego del medio día, señaló que el temblor fue comparable por su magnitud con el de 1976, cuando sobrevino un terremoto de 7.6 grados Richter que causó unos 20 mil muertos y la devastación del país.
“Afortunadamente los daños que tenemos que lamentar no son de la misma dimensión” de entonces, puntualizó en una primera rueda de prensa en la capital.
Precisó que los departamentos más afectados son San Marcos, Sololá, Totonicapán, Retalhuleu, Quetzaltenango, Quiché y Huehuetenango.
Dijo que se decretó Alerta Roja a nivel nacional para facilitar la asistencia a la población afectada y que las instituciones del Estado dedicarán el personal y recursos disponibles a atender la emergencia.
Aseveró que se cuenta con presupuesto para la contingencia y que, en caso necesario, también se tienen los fondos de los créditos internacionales que se pueden “reorientar” a las labores humanitarias.
El sismo de 7.2 grados registrado a las 10:35 horas de este miércoles, cuyo epicentro se ubicó frente a las costas del departamento de Retalhuleu, en la costa sur, dejó sus peores daños en el altiplano occidental.
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