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CIUDAD DEL VATICANO, 3 de octubre (Quadratín México).- El ex mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, robó unos mil documentos, varios de ellos “reservadísimos” sobre la vida familiar de Benedicto XVI y que tenían la frase “para destruir”, reveló un gendarme del Vaticano.
En la tercera audiencia del llamado “juicio del siglo”, que se conduce en los tribunales del Estado pontificio desde el sábado 29 de septiembre, prestó testimonio Stefano De Santis, uno de los policías que participó en el cateo a la casa de Gabriele el 23 de mayo.
En su comparecencia el uniformado señaló que durante la revisión, iniciada a las 15:55 horas locales (13:55 GMT) de ese día, se descubrieron “decenas de miles de hojas” en una librería que se encontraba en el comedor del apartamento del ex mayordomo.
“Había informes sobre la masonería, sobre la (logia) P2, sobre la (logia) P4, el caso Calvi (del Banco Ambrosiano), sobre Berlusconi, el vatileaks, cristianismo y yoga, cristianismo y otras religiones, yoga y budismo. De todo y más, decir muchos documentos es poco”, dijo.
Agregó que, escondidos entre las hojas, fueron encontrados textos sobre el Papa, la Secretaría de Estado del Vaticano, las congregaciones de la Curia Romana, los pontificios consejos.
Muchos eran originales, cartas firmadas por cardenales y dirigidas a Benedicto XVI, además de mensajes de respuesta firmados por el obispo de Roma.
Se refirió también a la presencia de claves cifrados, documentación que normalmente es sometida a un complicado proceso de codificación y que sirve para la comunicación entre el Vaticano y sus nunciaturas apostólicas (embajadas) en el mundo.
Cuando De Santis describía el material, Paolo Gabriele, presente en el aula y que se había mantenido impasible hasta ese momento, mostró una sonrisa irónica.
El gendarme añadió que, además de los papeles, tras el cateo se aseguró una fuerte cantidad de material informático: una computadora de escritorio, dos o tres portátiles, varias memorias usb, una consola de video juegos, dos discos duros, un iPad y otras tarjetas de memoria.
Precisó que, a las 23:45 horas del 23 de mayo, como no se habían podido analizar todos los documentos durante el cateo, la orden fue empaquetarlos todos y llevarlos al cuartel de la Gendarmería Vaticana.
Así, todo el material fue embalado en 82 cajas de cartón de unos 40 por 50 centímetros aproximadamente. Además fueron asegurados dos sobres color amarillo y dos valijas pequeñas de piel.
Ante el testimonio del gendarme la abogada defensora, Cristiana Arrú, insistió en preguntar las condiciones en las cuales fue llevado a cabo el cateo, si los policías usaban guantes, y se centró en las medidas de los armarios en los cuales fueron descubiertos las hojas.
La estrategia defensiva se dirigió así a demostrar que en la casa del ex mayordomo era imposible que existiese lugar físico suficiente para contener la mole de material presentado como prueba en el juicio.
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