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TAMPA, 27 de agosto (Quadratín México).- La tormenta tropical Isaac entró al Golfo de México rumbo a Louisiana y despertó temores de un desastre similar al del huracán Katrina en 2005, mientras en Florida los planes de la convención republicana continuaban inciertos ante el mal tiempo.
La tormenta, que ya dejó nueve muertos a su paso por Haití y República Dominicana, bañó el domingo el sur de Florida antes de entrar en las aguas cálidas del Golfo de México, donde meteorólogos pronostican que se convierta en huracán categoría uno en la escala Saffir-Simpson.
En la trayectoria pronosticada por el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Miami, se espera que Isaac toque tierra a media semana en algún lugar entre el norte de Florida en la zona conocida como el Panhandle o Louisiana.
Los gobernadores de Alabama, Louisiana y Mississippi declararon el estado de emergencia en previsión a la llegada de la tormenta y un aviso de huracán regía de Louisiana hasta el norte de Florida, donde permanecía la vigilancia de tormenta para la costa oeste.
La mañana del lunes Isaac se ubicaba a 295 kilómetros al oeste de Fort Myers, Florida, con vientos de 100 kilómetros por hora. Se espera que se convierta en huracán en un día o más, según el CNH.
Órdenes de evacuación para zonas bajas de la costa estadunidense del Golfo regían el lunes, mientras productores de petróleo de la zona apresuraban la suspensión de sus operaciones, en la peor amenaza para la producción petrolera desde los huracanes Gustav e Ike en 2008.
Cielos nublados y la amenaza de tormenta se mantenían en la ciudad de Tampa, sede de la Convención Nacional Republicana, que a pesar de la llegada de 50 mil delegados, periodistas y manifestantes, lucía poca actividad debido al cierre de oficinas y cancelación de clases por Isaac.
Los organizadores del cónclave en el que Mitt Romney recibirá la investidura oficial como el candidato republicano a la Presidencia ajustaban el programa de un evento que ha estado a merced de los caprichos de la naturaleza.
La tormenta no logró, sin embargo, apagar los ánimos de unos tres mil delegados republicanos y periodistas, que bailaron anoche a ritmo de música tejana durante una recepción de bienvenida en el estadio Tropicana Field del equipo de beisbol de Grandes Ligas “Mantarrayas de Tampa”.
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