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DAMASCO, 24 de junio (Quadratín México).- Al menos 97 personas, en su gran mayoría civiles, perecieron ayer en las violencias en Siria, donde las tropas del gobierno de Bashar al Asad intensificaron la represión, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Entre los muertos figuran 65 civiles, víctimas de los bombardeos en los bastiones rebeldes y de las operaciones del ejército en varias ciudades, precisó el OSDH.
La represión militar es parte de la rebelión popular que se inició a principios del año pasado, influida por otras protestas similares en la región, como en Libia, Egipto y Túnez, entre otros, y mediante las cuales los pueblos de la zona están demandando más libertades, plena democracia y respeto a los derechos humanos.
Con las muertes de esta nueva represión gubernamental el día de ayer, suman 7 mil los civiles asesinados por el ejército sirio, de acuerdo a organismos de derechos humanos, mientras que miles más han resultado heridos.
Las fuentes aseguran que también han desaparecido casi 15 mil personas y otras 75 mil se han visto obligadas a abandonar sus ciudades para buscar refugio en contra de la represión.
Entre tanto, el nuevo gobierno sirio aprobado ayer por Al Asad incluyó a dos personajes de la oposición interna y un nuevo Ministerio para la Reconciliación Nacional, aunque mantiene a simpatizantes en puestos de alto rango, como los ministros de Defensa y Exteriores.
La aparición de dos opositores “tolerados” en el gabinete del nuevo primer ministro, Riad Hiyab, nombrado hace 17 días, fue interpretado dentro de Siria como un gesto a la oposición interna, supuestamente más inclinada a llegar a acuerdos con el gobierno sobre las reformas en el país.
El líder del Partido Social Nacionalista Sirio, Ali Haidar, asumirá la nueva cartera de Reconciliación Social, mientras que el presidente del Frente Popular para el Cambio y la Liberación, Qadri Yamil, será viceprimer ministro para Asuntos Económicos y ministro de Comercio.
La prensa local cree muy improbable que el nuevo ejecutivo se desmarque de la actual política de Asad hacia los “grupos terroristas”, como denomina Damasco a la oposición armada que pretenden acabar con el gobierno opresor.
La designación de un nuevo ejecutivo se produce tras la celebración de elecciones legislativas el pasado 7 de mayo, de las que salió un Parlamento con mayoría de la coalición a la que pertenece el partido gubernamental Baaz y que fueron boicoteadas por la mayor parte de la oposición al considerarlas una farsa.
Esos comicios fueron parte de las reformas prometidas por el presidente, entre ellas la aprobación en referendo de una nueva constitución, que fueron encargadas al anterior ejecutivo de Safar para aplacar así las revueltas populares.
Por su lado, el presidente del Parlamento Árabe, Salem al Daqbasi, pidió al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que remita las masacres y crímenes del gobierno contra su pueblo a la Corte Penal Internacional.
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