Halla mujer 2 cuerpos dentro de un auto en Polanco; uno, de su hermano
Marypaz Monroy Villamares
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de octubre (Quadratín México).- De los sueños febriles de Pedro Linares salieron con sus ojos saltones, con sus cuernos de diablo, con sus largas colas y lenguas, con sus patas de cabra y sus cuerpos de vaca.
Así con sus enormes tamaños y vistosos colores, llegaron desde el sábado los gigantes de dos metros de altura y se instalaron majestuosos sobre Paseo de la Reforma.
Son los alebrijes que nacieron de la fantasía, producto de una fiebre del artista y creador de estos fantasmagóricos, mágicos y caleidoscópicos seres, que ahora se han vuelto parte de la cultura popular mexicana.
Esas criaturas surrealistas con partes humanas y miembros de bestias, que vieron la luz en 1906, son producto de las pesadillas del cartonero Linares, que ha contagiado a otros artistas plásticos, quienes también han volcado toda su creatividad en el pato con sus enormes senos y sus patas de vaca; en la linda jirafa con su ramo de flores y cara de pollo; en el caballo con sus patas y cuerpo de tarántula.
Los alebrijes seres únicos. Figuras festivas multicolores de cartón y papel maché que atrapan los sentidos y echan a volar la mente de quien los admira.
Porque la imaginación no tiene límites, ahí en el corazón de la ciudad de México, nos miran y se sonríen los dragones alados con sus caras de gallo y perico; los peces con sus cuernos y patas de vaca y las cebras aladas con sus zapatillas rojas nos sorprenden.
Cuenta la leyenda que Pedro Linares, a los 30 años cayó gravemente enfermo y cuando se encontraba cerca de la muerte tuvo visiones de extrañas criaturas, algunas con facciones diabólicas, otras de enormes y feroces animales.
Luego de recuperarse empezó a recrear los seres que habían atormentado sus sueños febriles. Y así, aún siendo de cartón con detalles bizarros, empezaron a tomar vida y se quedaron en el gusto y en el arte popular de los mexicanos.
Los alebrijes de Pedro Linares han recorrido y asombrado al mundo con sus enormes lenguas y formas monstruosas, dando paso ahora, a la imaginación y creatividad de otros artistas plásticos que asombran con sus criaturas con cuerpo de guajolote y cara de dragón, con sus monstruos alados, garras y ojos saltones.
Aun con sus formas a veces indescriptibles, el alebrije atrapa, fascina y maravilla a quien se detiene a verlo.
Ahí como centinelas, más de un centenar de figuras con cola de pescado, cuerpo de sirena, patas de vaca y cuerpo de serpiente, estarán hasta después del Día de Muertos, hasta el 4 de noviembre.
Bien vale la pena convivir con ellos, deleitarse de sus colores, de sus formas y echar a volar nuestra propia fantasía, crear nuestros propios alebrijes con cuerpo de sapo, patas de cucaracha, lengua de diablo y cara de pollo, con manos de cangrejo y cola de escorpión…
QMX/mmv/arm