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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de septiembre, (Quadratín México).- De traje oscuro, acompañado de su esposa Rosalinda Bueso, con una sonrisa entrecortada, Marcelo Ebrard Casaubon dijo sentirse muy satisfecho porque durante los seis años cumplió con su cometido como jefe de gobierno de una de las ciudades más grandes del mundo. Hoy –dijo– la Ciudad de México está tranquila.
Y, a su decir lo único que lamenta es que no logró destrabar en el Senado la iniciativa de Ley para que el Distrito Federeal tuviera su propia constitución.
En punto de las 10 de la mañana con 35 minutos arribó el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, a la esquina de Donceles y Allende, sede de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en donde ofreció, este lunes, su sexto y último mensaje como responsable de la capital más poblada del país.
De impecable negro, con corbata amarilla, Marcelo subió la escalinata del antiguo recinto cameral, de la mano de su mujer que, vestida de negro y blanco, lució el cabello suelto. Ambos, por más de 20 minutos repartieron abrazos y saludos a muchas de las personas que desde las 7 de la mañana los esperaan en los alrededores del recinto.
Ebrard Casaubon dijo sentirse satisfecho especialmente porque la ciudad está tranquila y feliz porque asegura que durante los seis años cumplió con su cometido como jefe de gobierno de una de las ciudades más grandes del mundo.
Y a su decir lo único que lamenta es que no logró destrabar en el Senado la iniciativa de Ley para que el DF tuviera su propia constitución. “La ciudad está tranquila y vamos a entregar cuentas de seis años”. – ¿Cuál es el principal pendiente…? “Yo creo que desgraciadamente no nos dejo el Senado la Constitución, yo creo que es lo más importante”.
– ¿Se siente nostálgico porque es su último informe, porque ya se va?
– “No, más bien feliz, porque cumplimos”.
Al cuestionarle sobre la ampliación del Reclusorio Norte que fue una de sus promesas para mejorar el sistema penitenciario en la capital, simple y lacónico respondió: “está en construcción”.
Los grandes ausentes en el evento fueron su sucesor, el jefe de gobierno electo, Miguel Ángel Mancera, quien se dice no asistió para evitar robarle cámara al mandatario local en su último informe, aunque mañana sí asistirá al mensaje que ofrecerá el ejecutivo local en el Auditorio Nacional.
Y tampoco llegó el gobernador de la vecina entidad, Eruviel Ávila, quien al mediodía acudió al funeral del diputado priísta mexiquense, Jaime Serrano Cedillo, quien fue asesinado el día de ayer.
En representación del presidente Felipe Calderón Hinojosa, arribó al recinto de Donceles el secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez Jácome, quien comentó que el mensaje del ejecutivo federal para con Ebrard es que desea trabajar de manera coordinada con él hasta el último día de la administración de ambos.
El que sí de plano le dio una calificación reprobatoria al jefe de gobierno, fue el presidente del PAN DF, Juan Dueñas, pues dijo que es una lastima que un gobernante que se dice de izquierda y demócrata no acepte ser cuestionado durante su rendición de cuentas. No obstante reconoció la construcción de la línea 12 del Metro como uno de los grandes logros de la actual administración y de todo el sexenio.
Los gobernadores presentes fueron Ángel Heladio Aguirre, de Guerrero; Rafael Moreno Valle, de Puebla; y el priísta Mariano González, de Tlaxcala. También asistieron los mandatarios electos de Morelos, Graco Ramírez; y de Tabasco, Arturo Núñez.
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