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CIUDAD DE MÉXICO, 4 de julio (Quadratín México).- Transcurría el año de 1907 cuando la estación de trenes la Villa se construía en parte de lo que fuera la hacienda de Santa Ana de Aragón, de ahí partían con rumbo a Veracruz.
Hoy, esta joya arquitectónica, llena de anécdotas, nostalgia, romance, infinidad de viajes registrados en los albores del siglo XX, del pitar de la locomotora que esparcía el humo y la historia de ese medio de transporte, se convirtió en el Museo de los Ferrocarrilleros.
El inmueble, que exhibe una locomotora de aquellos años, se ubica en “la más antigua estación que se conserva en el Distrito Federal”, se ubica en la calle Alberto Herrera, entre Hidalgo y Aquiles Serdán, colonia Aragón Villa.
Para las nuevas generaciones, ahí se muestra el desarrollo del ferrocarril como medio de transporte y la entrada es gratuita.
El Museo de los Ferrocarrileros es parte de los recintos que ofrecen actividades culturales en la Delegación Gustavo A. Madero.
Funcionarios delegacionales indicaron a Quadratín México que el recinto ofrece a los maderenses, capitalinos y al turismo nacional e internacional, la oportunidad de visitar exposiciones que muestran la historia del ferrocarril y su relación con diversos ámbitos de la cotidianeidad.
Actualmente, se expone Cicatrices de un Jinete, conjunto de 24 obras de arte de disciplinas como la fotografía, medios alternativos, pintura y grabado, realizadas por el colectivo hidrocálido “Nosotros y los otros”.
La muestra, cuya exhibición terminará el 31 de julio, refiere a la importancia de Aguascalientes como un significativo centro ferroviario, activo hasta 1995.
Ahí no sólo se conectaban dos importantes vías, sino que también se localizaban los talleres de reparación de coches y carros de ferrocarril más grandes del país.
En 2006, el Museo de los Ferrocarrileros abrió sus puertas gracias a la iniciativa de la Delegación Gustavo A. Madero, la Secretaría de Cultura y el Museo Nacional de los Ferrocarriles.
Con base en el trabajo conjunto, se logró restaurar la antigua estación de ferrocarriles la Villa para incluirla en la consolidada red cultural y educativa de la demarcación.
La estructura y los muros del edificio son de piedra; están recubiertos en el exterior por una mezcla de cal y arena. El techo es una bóveda que fue construida con rieles de ferrocarril.
Desde diciembre, los maderenses también pueden disfrutar de muestras culturales en las afueras del recinto, gracias a la inauguración de la galería abierta en las rejas del recinto.
Por ello, es necesario visitarlo para conocer la historia del ferrocarril, de aquellos años en que se desplazaba por los caminos de la República, ya que “recordar es volver a vivir”.
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