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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de abril (Quadratín México).- Sea por devoción, por costumbre o simplemente por curiosidad, todos conocen la Villa de Guadalupe, nacionales y hasta extranjeros hacen peregrinaciones para visitarla.
Por tal motivo, el Museo de los Ferrocarrileros presenta una exposición sobre la historia de la Villa de Guadalupe consistente en dibujos, mapas y fotografías de la zona que van desde la época prehispánica hasta nuestros días.
Asimismo, en ese misma zona hubo un lugar de culto a Tonantzin (“madre” de los mexicas), y hoy lugar de culto de la Virgen de Guadalupe (“madre” de los mexicanos).
En la exposición se puede ver cómo alrededor de las apariciones de la Virgen se fueron construyendo iglesias, panteones, conventos, casas-habitación y hasta un acueducto para surtir de agua a la pequeña ciudad.
De acuerdo con los documentos expuestos, se puede ver que la Villa de Guadalupe-Hidalgo fue una ciudad en sí, comunicada con la capital por un ferrocarril. La Calzada de los Misterios ya existía en la época prehispánica, y ha sufrido tantas transformaciones como la Ciudad, hasta llegar al estado en que ahora se encuentra.
También se pueden ver la construcción de las vías de comunicación, la modificación de las vialidades y de los servicios alrededor de la Basílica. El aspecto que tienen actualmente no se parece en nada a los originales.
En la exposición se muestran una serie de fotografías correspondientes a los distintos tipos de edificaciones que se encuentran en la zona, que sugieren la conveniencia de hacer una restauración a fondo de la zona, con el fin de dar a la Basílica y a su Plaza Mariana un marco adecuado. Labor pesada y difícil, pero que recompensaría con creces, no sólo a los habitantes de La Villa, sino a toda la capital.
El Museo exhibe un breve documental sobre la estación de la Villa que no deja de ser interesante. Se localiza en la Calle Alberto Herrera s/n, Col. Aragón La Villa, a unos pasos del metro La Villa.
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