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CIUDAD DE MÉXICO, 7 de enero (Quadratín México).- Dar una muestra de la diversidad geográfica y ambiental de la amplitud del horizonte de esta ciudad y del modo como la mancha urbana se extendió hasta trascender sus antiguos límites, es el propósito de la exposición “Transformaciones del Paisaje. La herencia de Velasco”, que el próximo 13 de enero concluye en el Museo Nacional de Arte (Munal), en esta ciudad.
Se trata de una de las exposiciones que ha tenido una buena aceptación entre los visitantes, luego de “El Placer y el orden. Orsay en el Munal”, según informó personal que custodia las salas de ese espacio museístico.
Explicaron que en promedio, la exhibición recibió en este puente vacacional, 400 y 600 personas a la semana, siendo el pasado 4 de enero, uno de los mejores días de la muestra con 400 visitantes.
Curada por Peter Krieger, la muestra se compone por 13 fotografías pertenecientes a la Fundación ICA y 13 obras de la colección del Museo Nacional de Arte, con las que se le rinde un homenaje al pintor mexicano José María Velasco, quien en el 2012 se conmemoró su 100 aniversario luctuoso.
Apoyada con textos de Alfonso Reyes, que habla sobre “La Tierra del Anáhuac”, dicha exhibición, hace un recorrido por los paisajes del pintor, un homenaje a su trabajo y a la ciudad proteica cuya esencia siempre es la misma, pues con todo lo monstruosa, terrible y mutable que es, no pierde el título de la muy noble e insigne, muy leal e imperial Ciudad de México.
Se apoya en pinturas que anteceden las de José María Velasco, así como en trabajos de pintores que le suceden de la talla de Juan OGorman, Gerardo Murillo “Dr. Atl”, Luis Nishizawa, Cleofas Almanza, Daniel Thomas Egerton, Eugenio Landesio, Ramón Cano Manilla y Casimiro Castro.
De igual manera, se pueden mirar los retratos de la ciudad, su crecimiento con los años como si de un ser viviente se tratara, casi consciente de su devenir caprichoso e indómito, través de las imágenes de la Fundación ICA.
Desde la fundación de México-Tenochtitlan, gran capital del imperio Mexica, hasta su caída en 1521, a manos de los conquistadores, y durante los últimos cinco siglos hasta llegar al presente, la exhibición muestra como la ciudad se ha transformado dramáticamente.
En el recorrido, el visitante se enfrenta con la transformación de la ciudad, a una historia visual de este ser complejo en el que vivimos, que salta de los óleos y las fotografías y que evoca las ciudades ausentes, las ciudades invisibles.
Sin duda, destacan las obras de Velasco, como aquella titulada “Lago de Texcoco” un óleo del año 1932; “Valle de México visto desde el cerro de Guadalupe” del año 1905, en este último, deslumbran de manera espectáculo en un segundo plano el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl.
Por lo que hace al trabajo del “Dr. Alt”, se presenta la obra titulada “Valle de México desde el cerro de Santa Isabel” un cuadro de año 1875 de un metro de largo por uno y medio de ancho, se trata de la obra más grande que se exhibe en la muestra.
“Transformaciones del Paisaje. La herencia de Velasco” llegará a su fin el 13 de enero, tras lo cual las obras que la integran regresaran a sus respectivas colecciones.
QMX/ntx/arm