Ana Colchero promueve su segunda novela “Los hijos del tiempo”

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de diciembre (Quadratín México).- Ana Colchero, nacida en la Ciudad de México de padres españoles exiliados y economista de profesión, promueve ahora en el mercado editorial su segunda novela, “Los hijos del tiempo”, tras haber hecho su debut literario en 2006 con “Entre dos fuegos”.

En la presente trama, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York comienza una Cruzada Final, que es llevada a cabo por las clases dirigentes del orden político, consistente en eliminar de la sociedad a todos aquellos que consideran parias y nocivos.

Es decir, a las clases sociales más pobres y a las culturas y razas que los poderosos juzgan inferiores. Su objetivo es establecer una nueva sociedad, un mundo que parece en total armonía, sin trabajo manual, sin pobreza, donde cada aspecto está controlado a la perfección.

Al interior de este nuevo orden, la Sociedad Urana encierra un secreto: En el subsuelo viven los “Dalits”, únicos sobrevivientes de la así llamada Cruzada Final, quienes viven en condiciones infrahumanas, alimentándose de desperdicios, sin libertad y en constante riesgo de ser exterminados.

Durante años, todo se mantiene en paz, hasta que en el año 2060 los “Dalits” claman por su libertad guiados por “Rudra”, un tullido al que los libros abandonados le han dado su arma principal, junto con su melliza “Zeit” y “Cotto”, un gigante poseedor de una fuerza descomunal.

A través de sus 492 páginas, la historia de Colchero explica al lector que esos tres personajes encabezarán la rebelión y deberán enfrentarse a la crueldad, la manipulación y a una compleja red de mentiras políticas de la clase dirigente, a los que ella identifica como “Los Patricios”.

Más allá de ser una novela de aventuras, “Los hijos del tiempo” pone el dedo en la llaga para abordar la actual problemática de una sociedad donde la polarización entre sus diversas clases alcanza un punto crítico y devastador, en la que imperan la manipulación y la injusticia.

Se trata del retrato de un futuro nada alentador, que recrea la forma en que operan los mecanismos de poder, y construye una metáfora acerca de la resistencia y los movimientos sociales que han hecho que su grito de libertad se escuche en distintos puntos del planeta.

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