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CIUDAD DE MÉXICO, 30 de noviembre (Quadratín México).- Defensor de los principios sociales de la Revolución de 1910, el pintor y escultor guanajuatense José Chávez Morado, fallecido el 1 de diciembre de 2002, fue uno de los primeros mexicanos que utilizó el mosaico italiano en la obra monumental.
Oriundo de Silao, Guanajuato, Chávez Morado ha sido incluido por los expertos en la tercera generación de la llamada Escuela Mexicana de Pintura, junto con Juan O´Gorman, Raúl Anguiano y Alfredo Zalce, con quienes fundó el Salón de la Plástica Mexicana (SPM).
Hijo del comerciante Ignacio Chávez y de Luz Morado, el pintor adquirió el gusto por las artes por influencia de su abuelo, que tenía una rica biblioteca de historia, literatura y poesía.
De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Chávez Morado se decía “comprometido con el arte, porque no es posible que un artista no tenga banderas ni ideología, y la mía siempre ha sido una: el pueblo. Sigo creyendo en este país. Creo en la libertad y en el honor.
“Aún tengo la esperanza de que México esté mejor. Se acerca mi muerte y a pesar de eso sigo creyendo en el honor y la libertad de México”.
En ese contexto, Chávez Morado se convenció de que el sentido del arte debía ser estético-político y desde entonces, combinó en su vida la militancia política con el trabajo artístico de compromiso social.
A los 16 años comenzó a trabajar en la Compañía de Luz en su tierra natal, sin embargo, no duró mucho tiempo debido a que realizó una caricatura de su jefe.
Después consiguió un empleo en Ferrocarriles Nacionales de México, donde desarrolló el gusto por el paisaje mexicano.
Su destino lo llevó a emigrar a Estados Unidos, donde trabajó como jornalero en granjas de California, además viajó por Note América y trabajó en la pesca de salmón en Alaska.
Otros de los oficios que desempeñó fue el de cargador en la estación de trenes de Silao, Guanajuato.
En 1931, ingresó a la Escuela Central de Artes Plásticas de la Universidad Nacional, donde tomó clases con Francisco Díaz de León, Bulmaro Guzmán y Emilio Armero. Continuó su formación en el Centro Popular de Pintura “Saturnino Herrera”.
Producto de su buen desempeño como maestro de dibujo en escuelas primarias y secundarias, fue designado jefe de la Sección de Artistas Plásticos del Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Posteriormente, contrajo nupcias con la pintora Olga Quiroga Costa y un año después salió a la luz su obra “Vida nocturna de la Ciudad de México”, que contaba con seis grabados en linóleo. Ésta fue auspiciada por Ediciones de Arte Mexicano que imprimió 100 ejemplares.
Bajo el seudónimo de “Juan Brochas”, colaboró en 1941 con caricaturas en La Voz de México, y con el sobre nombre de “Chon” ilustró el semanario Combate, aunque cuatro años más tarde retomó la docencia en la recién fundada Escuela de Pintura y Escultura de la SEP.
En 1949 realizó un viaje de estudios por Europa y Cuba, y en 1951 diseñó la escenografía y vestuario para los ballets “La manda” y “El sueño y la presencia”.
Una década después retornó a la ciudad de Guanajuato para establecerse junto con su esposa como coleccionistas de objetos diversos.
1976 fue el año en el que expuso por primera vez una selección de dibujos, con los que mostró su gusto por la descarga emocional para descubrir la realidad de manera vigorosa y consciente. Titulada “Apuntes de mi libreta”, la muestra se presentó en la Galería “José Clemente Orozco”, en la Ciudad de México.
La intensa y sostenida meditación de Chávez Morado sobre Guanajuato ha hecho que los seres, las tradiciones, las casas y las cosas se parezcan cada vez más a sus representaciones, asegura la crítica especializada.
El artista residió durante algún tiempo en San Miguel de Allende y después de haber concluido las pinturas murales de la Alhóndiga de Granaditas, se instaló en Guanajuato, ciudad que sería una de sus principales fuentes de inspiración.
Chávez Morado intervino en la conservación de la ciudad, creó el Museo Regional de la Alhóndiga de Granaditas y en 1975 donó a la ciudad de Guanajuato su colección de arte prehispánico, colonial y popular.
El Premio Nacional de Arte 1974, José Chávez Morado murió el 1 de diciembre de 2002, legando una vasta producción disponible en cuatro recintos: Museo del Pueblo, Museo Olga Costa Chávez Morado, Casa La Pastita, Museo de los hermanos Tomás y José Chávez Morado.
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