Cierra cine mexicano el 2024 con presencia en festivales internacional
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de noviembre (Quadratín México).- Con una atmósfera surrealista, creada a través de movimientos lentos y repetitivos de coro y solistas, en un escenario en el que predominaron los tonos fríos, anoche se estrenó en México la ópera “Einstein on the Beach” (Einstein en la playa), en el Palacio de Bellas Artes.
Constituida de cuatro actos, la obra que tiene una duración de cinco horas, creada por Philip Glass y Robert Wilson, a cargo de la Lucinda Childs Company, mostró al público una forma distinta de concebir la ópera, con un espectáculo que no se centró en las voces, sino en la estructura de las escenas.
A 36 años desde su estreno, el 25 de julio de 1976 en el Festival de Aviñón, en Francia, esta obra, que más que lineal asemejó un discurso en sentido contrario por contar con un guión sin estructura narrativa, se dio a conocer a los espectadores mexicanos.
A través de 14 diferentes escenografías, el público apreció la transición de la locomotora de vapor a la actual modalidad de transporte público, el autobús, lo que evocó los conceptos de progreso, evolución y ciencia, mismos que fueron remarcados por los movimientos mecánicos de los participantes.
De esta ópera, compleja y abstracta, se destacaron las imágenes de la locomotora, una sala donde se representó un juicio y se refirió a “Mr. Bojangles”, a una nave espacial, la aparición de una edificación que aparenta a una academia y, finalmente, un pareja frente a un autobús.
En esta pieza, que resaltó entre otros elementos emblemáticos, los relacionados con la física y matemáticas, mediante el canto arbitrario de números y notas musicales, también remarcó la presencia de Albert Einstein.
La evocación del creador de la teoría de la relatividad se hizo con fotografías del científico que aparecieron en las diferentes escenas, así como la presencia de un solo de violín, en la que el intérprete portó una peluca al estilo del cabello del genio alemán.
“Einstein on the Beach” presentó no sólo actos aislados, sino que incluso integró el montaje de cada escenario como parte del espectáculo, único en su tipo.
La obra es parte de una trilogía, conformada también por las piezas “Satyagraha” y “Akhnate”
La ópera, que se presenta bajo la coreografía de Lucinda Childs y es musicalizada por The Philip Glass Ensamble, ofrecerá dos funciones más en el Palacio de Bellas Artes, las tardes de este sábado y mañana domingo.
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