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MADRID, 22 de marzo (Quadratín México).- El pianista Bebo Valdés, figura central de la Época de Oro de la música de Cuba, falleció a los 94 años en Suecia, difundieron medios españoles.
Valdés, compositor, arreglista y director, quien nació en Quivicán, Cuba, en 1918, se había establecido en Málaga, sur de España, pero hace dos semanas regresó a Suecia, donde radican algunos de sus hijos, debido a un empeoramiento de su estado de salud, ya que sufría de Alzheimer.
“Bebo”, cuyo nombre real era Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro, fue uno de los grandes referentes de la música popular cubana, aunque desde hace medio siglo vivía lejos de la isla, enfrentado con el régimen castrista.
En 1960, el pianista abandonó Cuba en un avión con el cantante Rolando Laserie rumbo a México.
Ese día, la vida de su hijo Chucho Valdés dio un vuelco ya que, por sorpresa y con sólo 19 años, pasó a ser el cabeza de familia y dio comienzo una larga y amarga separación.
Durante 18 años, padre e hijo, ambos pianistas y compositores, no se hablaron, pero el reencuentro musical fue posible gracias al rodaje de “Calle 54″, largometraje del español Fernando Trueba.
Bebo Valdés inició sus estudios de piano a los siete años de edad y debutó como pianista profesional acompañando a Ernesto Lecuona y Rita Montaner en la década de los 40.
Tuvo un papel destacado en el desarrollo de los ritmos del mambo y el filin antes de crear el suyo propio, la batanga.
En 1952 grabó con Norman Granz la primera descarga cubana y por tres décadas permaneció en Suecia, casi olvidado, hasta que con 76 años Paquito DRivera lo invitó a grabar el disco “Bebo rides again” (1994).
Luego, Trueba lo invitó a participar en el documental “Calle 54″ (2000), donde se reencontró con Cachao y con su propio hijo, Chucho Valdés. De hecho, uno de sus últimos trabajos fue para la película de Trueba, “Chico y Rita”, hace dos años.
En 2002, Fernando Trueba produjo Lágrimas Negras, disco que une al cantaor flamenco Diego el Cigala con Bebo Valdés al piano. Tras su publicación en 2003 se convirtió en un éxito internacional reconocido con un Grammy, tres Premios de la Música, un Premio Ondas, cinco Premios Amigo, tres Discos de Platino en España y uno en Argentina, México y Venezuela.
El diario The New York Times lo alaba como Mejor disco del año en el apartado de música latina y les abre las puertas a una gira por París, Nueva York, Londres, La Habana, Buenos Aires, Tokio, Distrito Federal, Madrid y Barcelona. A finales de 2004 el disco había vendido más de 700 mil copias en todo el mundo.
Se retiró a Benalmádena, un pueblo de la provincia de Málaga, España.
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