Código infarto, creado por universitaria, salva más vidas
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de marzo (Quadratín México).- La leishmaniasis, tripanosomiasis, oncocercosis, rickettsiosis, desnutrición, tuberculosis o el tracoma que causa ceguera, son males que pese a las innovaciones médicas no han podido ser erradicadas porque son enfermedades que se relacionan con la pobreza. El sureste del país, considerado como zona de rezago extremo, es donde más se registran.
Chiapas, Oaxaca y Guerrero son los tres estados en donde persisten las llamadas “enfermedades de la pobreza”, aseguró Guadalupe Soto Estrada, de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La experta comentó que las innovaciones tecnológicas han contribuido a disminuir y a erradicar afecciones como el sarampión o la poliomielitis, no obstante otras como las ya citadas no se han podido eliminar por su relación con ciertas condiciones de vida.
El tracoma es uno de esos males que son frecuentes entre los tzotziles y tzeltales de Chiapas, y que se puede evitar con un simple lavado de manos; sin embargo, no lo hacen porque no tienen acceso a agua potable, lamentó la especialista del Departamento de Salud Pública.
Los padecimientos pueden abatirse con atención médica, pero al estar asociadas a situaciones de pobreza, como falta de acceso a servicios de salud y condiciones de saneamiento, higiene y manejo inadecuado de desecho, tienden a persistir.
En cuanto a la infraestructura hospitalaria del país, Soto Estrada observó que existen alrededor de 196 mil localidades de menos de dos mil 500 habitantes, y más del 40 por ciento están alejadas de ciudades, centros de población y vías de comunicación transitables todo el año.
En un plazo de 20 ó 30 años se presentará una crisis de salud debido a varios factores: el envejecimiento de la población; la esperanza de vida se incrementará, no así la calidad de vida. Se han hecho estudios en los que se indica que la gente que alcanza el estatus de adulto mayor, tiene algún problema de salud 10 años antes de jubilarse.
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