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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de marzo (Quadratín México).-Existen enfermedades denominadas “raras” por su baja incidencia y, por tanto su tratamiento es sumamente doloroso para quienes las padecen, pues enfrentan diversos síntomas que van desde la anemia, severos problemas digestivos y alteración en su desarrollo psico-motriz, entre otras.
Tal es el caso de la mielofibrosis, enfermedad de la sangre y la médula ósea que afecta anualmente a uno de cada cien mil mexicanos.
Los pacientes tienen anemia, gran crecimiento del bazo, fibrosis (cicatrización excesiva) de la médula ósea, pérdida de peso y síntomas debilitantes.
La muerte de este tipo de pacientes es dolorosa, pues es a causa de infecciones, hemorragias o progresión a leucemia aguda.
Sin embargo ya hay una gran esperanza para los pacientes con mielofibrosis, pues la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de la Secretaría de Salud, aprobó la aplicación en México del primer tratamiento contra este padecimiento.
Así lo anunció Gabriel Galván, director de Novartis Oncología en México, en el marco de la conmemoración del Día de la Enfermedades Raras.
“En el caso de la mielofibrosis, sabemos que se trata de un grupo muy pequeño, pues es una enfermedad rara, y ahora enfocaremos nuestros esfuerzos en lograr que esta terapia innovadora pueda estar al alcance de al menos los 91 pacientes mexicanos que sabemos están diagnosticados”, precisó.
El doctor Kevin Nacho, gerente médico de Hematología, en Novartis Oncología, explicó que la mielofibrosis es un cáncer de la sangre y la médula ósea que es difícil de diagnosticar.
La enfermedad puede sospecharse cuando los resultados de una biometría hemática indican anemia, leucopenia y trombocitopenia con un gran crecimiento del bazo en el paciente, lo cual se denomina “esplenomegalia”.
El paciente puede manifestar también síntomas como palidez, fatiga, pérdida de peso, fiebre, sudoración nocturna, prurito y dolor, lo cual afecta severamente su calidad de vida.
El diagnóstico es confirmado cuando el médico hematólogo realiza un aspirado y biopsia de la médula ósea, para ser analizados por un patólogo e identificar fibrosis en la médula ósea. Adicionalmente, puede ser considerada la mutación en las células de la médula ósea, denominada JAK2V617F.
“La mielofibrosis puede llevar a los pacientes a desarrollar complicaciones muy serias, como una leucemia mieloide aguda a los 10 años de inicio de la enfermedad. Los pacientes sin tratamiento pueden morir a causa de hipertensión portal, falla cardíaca, hemorragias, trombosis y la evolución a la leucemia”, puntualizó el hematólogo.
La enfermedad, precisó, afecta a la médula ósea, tejido blando que se encuentra en las cavidades de los huesos y produce la sangre del cuerpo: “en una médula con mielofibrosis, unas sustancias llamadas citocinas disminuyen la producción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, generando anemia, susceptibilidad a infecciones, aumento de hematomas y hemorragia”.
“Para compensar la disminución de glóbulos blancos y rojos en el cuerpo, el bazo y el hígado aumentan la producción y se agrandan. Por ello, un examen médico de rutina que muestre un agrandamiento del bazo puede ser un indicio temprano de mielofibrosis. La mayoría de los pacientes diagnosticados tienen entre 50 y 80 años de edad”, agregó el médico.
Actualmente y como parte de la preparación del primer inhibidor de JAK, Novartis inició el Programa Nacional de Atención a los Pacientes con Mielofibrosis, en hospitales del sistema de salud público y privado de México.
“El arribo de este nuevo fármaco a nuestro país representa un avance muy importante para el control y tratamiento específico de esta grave enfermedad llamada mielofibrosis”, concluyó el doctor Kevin Nacho.
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