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GUADALAJARA, 23 de febrero (Quadratín México).- Es urgente que las personas sepan lo que consumen y las consecuencias de ello. Es urgente que conozcan elementos que resultan tóxicos o peligrosos para el humano y así empezar a eliminar el uso de productos con mercurio, señaló la académica del ITESO, Lydia Hernández Rivera.
La especialista indicó que cambiar los termómetros de mercurio, tapar las muelas con resina y evitar que los niños jueguen con el atractivo metal líquido, son algunas de las medidas que pueden adoptarse en el día a día, previo a la entrada en vigor de un pacto mundial que restringirá el uso de este material.
Hernández Rivera refirió que el pasado 26 de enero y tras cuatro años de negociaciones, 140 países acordaron la Convención de Minamata, llamada así en honor a la ciudad japonesa cuyos habitantes fueron severamente afectados por intoxicación por mercurio en los años 50.
Añadió que este tratado será firmado en octubre y ratificado en los siguientes años, para que, en 2020 quede prohibido el uso del metal en baterías, lámparas, cosméticos y equipo médico, entre otras medidas.
“Estamos hablando de qué es lo que podemos hacer como ciudadanos comunes y corrientes. Por ejemplo, hay opciones en cuanto a las amalgamas, como las cerámicas”, señaló la coordinadora de la Licenciatura en Ingeniería Ambiental del ITESO.
Aunque México no es de los países más consumidores de productos del mar, es importante saber que los pescados pueden estar contaminados por el mercurio que llega a filtrarse en los mantos freáticos, aseguró la académica del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Refirió que fue esta una de las principales causas de los daños neurológicos y de desarrollo que sufrieron los japoneses. Las afectaciones son mayores en mujeres gestantes y sus fetos, al igual que en infantes.
Hernández Rivera resaltó la importancia de no jugar con el metal, pues su consistencia líquida y pesada (13 veces más que el agua) lo hace atractivo, especialmente para los niños. Pero si se cae y dispersa, puede causar contaminación ambiental.
“Si se rompe (un termómetro, un foco), se debe recolectar todo o utilizar recipientes especiales. No es conveniente dejarlo ahí, porque un niño va a jugar, le va a llamar la atención. Es importante informarles y ser una ciudadanía mucho más consciente”, reiteró.
Manifestó que hay termómetros digitales o de alcohol, por lo que sí se pueden sustituir.
“Hay pilas con otros elementos, que son reciclables y que son valiosas. Las de plata, las de álcali, que pueden sustituirlas y llevarlas a una disposición adecuada”, afirmó la experta y recomendó “leer etiquetas y tomar consciencia de lo que consumimos”.
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