IMSS, en el top de instituciones de LATAM por su investigación en salud
Por ello, aseguró el presidente del Colegio que se requiere de profesionales de la salud con un alto nivel de especialización, para poder frenar el avance de la obesidad y el sobrepeso.
“La comprensión y el conocimiento profundo del paciente obeso son indispensables para ofrecerle una atención integral y no solamente orgánica de su enfermedad”.
Señaló que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud es el estado de bienestar del individuo en tres esferas principales: la biológica, la psicológica y la social, y es precisamente en estas áreas que la obesidad como enfermedad, afecta a la persona que la tiene.
En la esfera biológica, el especialista en bariatría indicó en una plática con la Agencia Quadratín México, que el aparato respiratorio de una persona con obesidad no realiza correctamente su función.
“En el paciente obeso, el diafragma tiene que hacer una contracción frente a una gran resistencia para meter aire a los pulmones, lo cual no se logra completamente” al tener una ventilación superficial, provocando que el aire de los pulmones no se renueve.
Esto ocasiona que el aire se encuentre enrarecido y con un bajo porcentaje de oxígeno, lo que trae como consecuencia que la sangre no se oxigene correctamente, y que todos los órganos, aparatos y sistemas trabajen en un ambiente interno de bajo contenido de oxigeno, manteniendo un metabolismo basal bajo.
Para que se lleve de manera correcta la función de respirar, explicó, el músculo del diafragma que se encuentra formando el piso del tórax, se debe contraer empujando a los órganos del abdomen para crear una presión negativa en el tórax, y llenar de aire de los pulmones. Lo que no sucede en una persona con obesidad.
El especialista indicó que esa alteración origina que las personas obesas se queden dormidas al estar sentadas, haciendo movimientos respiratorios rápidos, cortos y superficiales.
Pero se complica aún más a la hora de dormir, pues si se acuesta boca arriba, el peso del abdomen vence a la fuerza del diafragma y no puede respirar, dando una sensación de angustia y asfixia.
Por esta razón, dice, el obeso aumenta poco a poco el número de almohadas en la espalda hasta llegar a dormir prácticamente sentado.
“El ejercicio para una persona en estas condiciones pone en situación crítica a su organismo, ya que no puede aportar oxígeno a sus músculos, los cuales tendrían que hacer un gran esfuerzo para mover el peso excesivo que soportan”.
Otras condiciones que se ven afectadas en una persona obesa es la piel. Las estrías o líneas que se generan porque que la piel materialmente se rompe por la distensión a la que es sometida.
Otro problema en la piel, quizá el más severo, es la proliferación de hongos u otros gérmenes que se forman en los pliegues cutáneos por la excesiva cantidad de grasa subcutánea.
En los pliegues de la piel la temperatura y la humedad crean un ambiente favorable para el desarrollo de colonias de microorganismos, dando al obeso un olor característico.
En cuestión de higiene, el doctor David Montalvo señaló que algunas acciones de la vida cotidiana que realizamos fácilmente, para el obeso son motivo de ansiedad y lucha. Su gran corpulencia le impide hacer cosas que no le resultan nada sencillas.
Se vuelve un martirio constante cortarse las uñas de los pies, ponerse calcetines, atarse las agujetas, ponerse o quitarse pantalones, recoger un objeto del piso, el uso del papel sanitario, enjabonarse los genitales y las piernas durante el baño, entre otras que le provocan sufrimiento y timidez.
En la sexualidad, de acuerdo al especialista, la obesidad ataca desde dos frentes: el biológico y el psicológico, pero también en dos escenarios: el del obeso y el de la pareja.
El problema biológico implica el proceso respiratorio y el que la mayoría de las veces, el varón obeso sufre de micropene. Además se suma lo voluminoso del abdomen, la imposibilidad de acostarse boca arriba, la falta de oxigeno y la reducida agilidad y flexibilidad.
Todo eso suscita una importante disminución de la libido y relaciones sexuales poco satisfactorias para ambas partes. Esto provoca que el obeso se sienta poco atractivo para su pareja.
Lo que al estar consciente de la poca frecuencia y mala calidad de sus relaciones sexuales, es común la aparición de celos, paranoia y sentimiento de culpa en alguna intensidad.
En el ámbito psicológico, la persona que padece de obesidad se comporta habitualmente con una fijación o regresión oral, es decir, busca la satisfacción a través de la comida para calmar la angustia y ansiedad.
Además que es blanco de constantes agresiones verbales y de severos estereotipos por parte de terceros. Pero eso no es todo, vive en un mundo “hostil” que no está hecho a su medida.
“Las empresas y las personas no tienen en mente hacer, por ejemplo, espacios para los obesos, banquetas especiales, sillas acordes a su tamaño y peso en restaurantes, cine o en transportes -avión, camión, auto-, o simplemente fabricar ropa y calzado de su talla”.
El presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, David Montalvo Castro consideró que la angustia más grande que puede vivir un obeso es su diálogo interno, es el crítico más duro y agresivo que se humilla a sí mismo y la mayoría de las veces usando palabras soeces.
Sufre en todos los sentidos al mirar su imagen reflejada en espejos, aparadores o vitrinas. “En su afán de querer bajar de peso, suele comprar o conservar ropa de talla más chica, porque desea adelgazar”.
Desarrolla también algunas habilidades o adoptan ciertos comportamientos, como contar chistes, ser el amigo confidente, el que atiende a todos, el más servicial, el que trata de ser muy simpático, como estrategia para caerle bien a los demás y no ser rechazados.
De ahí que podríamos afirmar que no existe el “gordito feliz”, aseguró el especialista en bariatría, una parte de la medicina que estudia el control del peso y la nutrición del ser humano en todas las etapas de su vida.
En la esfera social el obeso tampoco la pasa bien, aseveró el doctor Montalvo Castro. Sabe que “como te ven te tratan” y que existe la discriminación porque la ha vivido. Aunque en México el grupo de personas con sobrepeso y obesidad son mayoría, se comportan socialmente como una minoría en desventaja.
Sabe que en el mundo laboral tendrá mejores posibilidades de desarrollo una persona esbelta y con buena apariencia que una corpulenta.
Son personas que no ejercen su superioridad numérica para exigir, por ejemplo, la confección de ropa de su talla, la instalación de asientos amplios en transporte público y salas de espera en edificios, o el reconocimiento de su enfermedad como causa de incapacidad laboral, y la disponibilidad de un servicio médico especializado en bariatría en las instituciones de salud, etcétera.
Ante tal panorama de la persona obesa, el presidente del Colegio Mexicano de Bariatría A.C. concluyó que es una enfermedad devastadora en todas las áreas para el ser humano.
Estamos viviendo, dijo, el inicio de una pandemia con repercusiones mayores a lo imaginado, por ello aseguró que requiere de profesionales de la salud con un alto nivel de especialización para poder frenar el avance de este problema.
La comprensión y el conocimiento profundo del paciente obeso son indispensables para ofrecerle una atención integral y no solamente orgánica de su enfermedad”, sostuvo el médico bariatra David Montalvo.
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