Convocan JUDEF y organizaciones civiles a marcha por la justicia
href=»http://mexico.quadratin.com.mx/wp-content/uploads/2013/05/barack1.jpg»>CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo (Quadratín México).- Los potentes motores del Air Force One rompieron el silencio del cielo mexicano cuando su imponente figura en azul y blanco, surcó la Ciudad de México y fue trazando su llegada hacia el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, donde tocó pista a las 14:15 horas local.
La aeronave maniobró en písta, hasta detenerse para que personal de tierra y de seguridad estadounidense acercara la escalerilla. En tanto, era colocada también la alfombra roja, y personal de Marina y funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, iban tomando el lugar protocolario que marca toda visita oficial de un mandatario extranjero.
Tras unos minutos de espera, un ágil y sonriente Barack Obama, descendió de la aeronave que lo trajo desde la ciudad de Washington, D. C., a la urbe más poblada de América Latina: el Distrito Federal.
El mandatario estadunidense, vestido con un traje obscuro, camisa blanca, corbata color índigo y lustroso calzado, descendió y con gesto amable extendió la mano al titular de la SRE, José Antonio Meade. Al frente de la comitiva de recepción, en representación del presidente Enrique Peña Nieto, Meade presentó a otros funcionarios al mandatario estadounidense. Ambos saludaron también al embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, y su homólogo mexicano en Washington, Eduardo Medina Mora.
Anunciada la llegada de Obama a México, no faltaron curiosos que desde puentes aledaños al aeropuerto capitalino, permanecieron espectantes a su arribo. Un pequeño punto se fue divisando en poniente capitalino y fue marcando la ruta de llegada hacia la pista ante el alborozo de los espectadores.
La llegada del Air Force One fue distintiva. Ninguna aeronave más tomo cielo capitalino. Por motivos de seguridad, el AICM suspendió actividades en el espacio aéreo. De las 13:45 a las 14:15 horas no hubo despegues ni aterrizajes.
Las virtudes del avión presidencial estadounidense lo hacen único en su tipo. Equipado con la más avanzada tecnología y sistemas de defensa, dispone además de aditamentos que le permiten reabastecerse en pleno vuelo. Cuenta con más de 340 metros cuadrados de espacio interior, en los que se distribuyen, además de una oficina privada, la suite presidencial (dormitorio con vestidor, baño completo y regadera).
Dispone de una sala de conferencias/comedor y cuenta con alojamiento para invitados y espacios destinados para el personal de seguridad y prensa.
Tiene seis baños y un área de descanso para la tripulación, y está equipado con una zona médica con alta tecnología para la atención de cualquier emergencia.
Desde el Air Force One se pueden hacer llamadas a cualquier parte del mundo a través de sistemas satelitales y frecuencias encriptadas, todo desde 85 teléfonos.
El presidente Barack Obama abandonó la terminal aérea -fuertemente resguardado- en su vehículo terrestre denominado “La Bestia” y se dirigió hacia Palacio Nacional, lugar donde celebraría la primera reunión con el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto.
La limusina Cadillac color negro, es un vehículo acorazado, que con un blindaje capaz de resistir distintos tipos de atentados, incluidos disparos con cohetes.
El interior del automóvil está herméticamente sellado para resistir un eventual ataque con armas químicas; sus puertas tienen 20 centímetros de grosor.
La cabina delantera cuenta con un sofisticado sistema de comunicaciones de la más alta tecnología: computadoras, fax, Internet, Wi-fi y satélites de defensa, así como línea directa con el pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
El sobrenombre de “La Bestia” se debe a que tiene un sistema capaz de proteger a sus ocupantes de ataques nucleares, y su fabricación consta de una combinación de acero, aluminio, titanio y cerámica. Es prácticamente impenetrable ante cualquier amenaza exterior.
Para resguardar la visita presidencial estadounidense, en la Plaza de la Constitución fueron colocadas vallas metálicas y calles aledañas fueron cerradas, al igual que los accesos a la estación Zócalo del Metro.
En Palacio Nacional, el presidente mexicano recibió a su homólogo estadounidense y le presentó a algunos de los integrantes de su gabinete, como Aurelio Nuño, el Procurador Jesús Murillo Karam y al Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.
De traje obscuro, camisa blanca y corbata roja con líneas blancas diagonales, Peña Nieto fue acompañado por su esposa Angélica Rivera.
El salón de recepciones de Palacio Nacional fue el espacio donde ambos mandatarios intercambiaron sus primeras impresiones del día y posaron sonrientes para la foto oficial. Luego iniciaron la primera actividad bilateral.
El cobijo a la reunión ocurrió en el emblemático edificio de Palacio Nacional, cuya construcción data de 1522 y cuya edificación se hizo sobre parte del Palacio del Huey Tlatoani Moctezuma Xocoyotzin. Desde cuyos ventanales se divisaba la imponente astabandera con la bandera mexicana a media asta (en honor a los pilotos del Escuadrón 201, caídos durante la Segunda Guerra Mundial).
Al término de la primera sesión de trabajo de esta visita oficial, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto despidió a Barack Obama, quien se dirigió a la zona de Polanco de la capital mexicana donde se reuniría con el personal de la embajada de su país en un encuentro privado.
De nuevo cuenta, Peña Nieto y Obama se reunirán en la residencia oficial de los Pinos durante una cena de carácter privado y mañana el presidente estadounidense saldrá con rumbo a Centroamérica.
QMX/ntx/oab