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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de noviembre (Quadratín México).- Sin mediar debate alguno, en la Cámara de Diputadas fueron rechazadas las 51 reservas a la reforma de la Ley Orgánica de la Administración Pública, presentadas por Movimiento Ciudadano, PRD, e incluso las del PAN, aprobándose el dictamen correspondiente tal y como lo enviaron al pleno las Comisiones Unidas de Seguridad Pública y Gobernación.
Así, se concretan las 43 nuevas potestades a la Segob para que asuma funciones de seguridad pública, pero se acota su poder de intervención en estados y municipios en caso de disturbios, y sólo podrá hacerlo con el aval de los gobiernos locales en caso de ser necesaria la fuerza pública.
De igual forma se procede a la desaparición de la Secretaría de la Función Pública.
Pese a lo anterior, los partidos de oposición, en especial los de la izquierda, hicieron patente su recelo de que retorne el autoritarismo del viejo PRI.
Esto, puntualizaron, porque la concentración del poder de la seguridad nacional en Segob recordaban los tiempos de don Fernando Gutiérrez Barrios, sobre el cual recaía la leyenda de un férreo control en todo el país.
Sin embargo, la indiferencia de los legisladores del PRI e incluso del PAN, no logró mantenerse fría, hubo expresiones que provocaron un silencio que reveló más que incomodidad.
Tal fue el caso del diputado Javier Orihuela García, del PRD, quien solicitó la palabra desde su lugar para expresar sus felicitaciones al coordinador Manlio Fabio Beltrones por el control de su bancada, para de inmediato hacer un llamado a los diputados del PRI para votar en conciencia y no sólo en línea partidista: “Superen el síndrome de Colosio, que por expresar sus ideas recibió una bala en la cabeza, pero señores diputados, se requieren de otro tipo de diputados, debemos debatir”.
Antes y después de esta intervención, diputados por el PAN también expresaron sus preocupaciones, como el legislador de Aguascalientes, Rubén Camarillo Ortega, quien criticó que ahora “lo viejo pretenda ser lo nuevo”, al regresar a la Secretaría de Gobernación el control de la Policía Federal, lo cual sugiere una vuelta al pasado totalitario e intolerante ejercido por esa dependencia en décadas pasadas.
El panista que se hizo eco a los reclamos e irregularidades planteadas por los diputados de izquierda, también denunció que el nuevo gobierno que se dice comprometido con el combate a la corrupción, en el contenido de la iniciativa sugiere exactamente lo contrario, al plantear que ahora las dependencias se auto auditen.
“Es decir, las unidades de auditoría preventiva, dependerán de su titular, de hecho el auditor es contratado por el secretario o director general de de las dependencias. “En otras palabras, el pretendido combate a la corrupción a mi juicio, es sólo una mentira piadosa, para quienes todavía confían en el que el nuevo gobierno, es un cambio, pero en reversa”, aseveró.
Al criticar a su propia bancada por otorgar un voto por “cortesía parlamentaria”, instó a sus compañeros de curul a ejercer un voto de conciencia.
“En el PAN si se vale disentir, la disciplina ciega, es práctica de otros”, dijo al subrayar que el votar en contra en su partido no pasa nada, “está en nuestro reglamento, es una vieja práctica parlamentaria”, reiteró en su llamado, escuchado por muy pocos de sus correligionarios.
Y en este escenario, fue rechazada por los panistas la propuesta, manifestada ante la prensa, por su coordinador Luis Alberto Villarreal, su propuesta de no permitir la desaparición de la Secretaría de la Función Pública, hasta en tano no exista un organismo constitucional autónomo que establezca todos los mecanismos y normas que fortalezcan el combate a la corrupción.
En este escenario, Luisa María Alcalde Luján, diputada por MC, hizo referencia a l libro “La Rebelión de la Granja”, de George Orwell, quien narra una rebelión de los cerdos contra los humanos, que luego someten al resto de la fauna animal y se convierten en dictadores. “Solamente queremos recordarles, que ustedes no gobernarán a borregos”.
Esta exposición sí causa una reacción por diputados del PAN y el PRI, e incluso el diputado tricolor Darío Badillo Ramírez exigió una disculpa pública al alcalde Luján, quien dijo lo haría hasta que comprobarán que eran capaces de “opinar y pensar por sí mismos”.
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