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CIUDAD DE MEXICO, 15 de octubre (Quadratín México).- Marginado de posiciones de primera línea en su bancada y en comisiones legislativas, el diputado federal perredista Martí Batres Guadarrama insiste en someter a diputados y senadores al sistema de pago por evento, es decir, cobrar por lo que hagan e incluso correrlos del cargo –que es de elección popular—en caso de incumplir con sus tareas.
La propuesta de Batres Guadarrama se significa como una especie de Ley del Talión o efecto espejo en contra de sus pares en el Palacio Legislativo de San Lázaro y en la Cámara alta.
Ley del Talión aplicable a los primeros por haber aprobado la iniciativa presidencial preferente en materia de reforma laboral, con enmiendas a la propuesta original luego de poner a salvo la transparencia sindical; los segundos por lo que seguramente aprobarán.
A Martí se le recuerda en la LVIII Legislatura de la Cámara baja como el diputado que se fusilaba iniciativas propias, sólo que éstas presentadas a su paso como integrante de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, mas nunca con una propuesta relevante.
Fue coordinador de su bancada y ésta le armó una rebelión cuando se enteró de que tenía derecho a unos recursos al inicio de la legislatura. Y cuando presidió la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, su primera decisión fue desaparecer la Junta de Apoyo Administrativo, el órgano camaral responsable de aprobar el gasto camaral.
De retorno a una curul, con el antecedente de haberse distanciado de su entonces jefe Marcelo Ebrard por cuestiones de la nominación a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Martí no ha figurado en mes y medio de gestión.
Pero sabe jugar sus cartas y la semana pasada subió a tribuna con una singular iniciativa que entraña someter a los 500 diputados federales, él uno de ellos, a un sistema de trabajo que tiene implicaciones de productividad y sanciones por ausencias.
Muchos han tomado con reservas esta iniciativa que es como una especie de efecto espejo para dar a los diputados federales una sopa de su propio chocolate. La propuesta es efectista, sin duda y con disposición para convertirse, incluso, en tema de moda en las redes sociales; aunque hasta el momento no ha movido conciencias ni generado simpatías.
Por ello, conocedor del marketing del golpe mediático, a partir del lunes 22 de este mes, según ha informado en conferencia de prensa, instalará un módulo en el Zócalo de la capital del país donde pretende recibir firmas de ciudadanos que respalden su propuesta de que los diputados sean productivos, cobren por lo que hagan y en caso de incurrir en ausencias en sus labores, pues que les sea revocado el mandato.
De que Martí se las gasta, ni duda cabe; maestro en las artes de inducir criterios como se acostumbra en los grupos lopezobradoristas, convocó a conferencia de prensa, en el Palacio para explicar precisamente las características de Ley del Talión que tiene su iniciativa –o si usted quiere calificarla con el eufemismo de efecto espejo–.
Y es que, conforme con el criterio de Batres Guadarrama, una vez aprobada la iniciativa de reforma a los artículos 64 y 73 constitucionales, a los legisladores se les aplicaría el equivalente al pago por hora y el contrato a prueba, es decir, lo mismo que avalaron en la modificación a la Ley Federal del Trabajo, el pasado 29 de septiembre, cuya minuta está en la cancha de los senadores.
La iniciativa, turnada a la inexistente Comisión de Puntos Constitucionales, porque aún no se integra ni se instala, por lo menos hasta este lunes 15 de octubre, asume que diputados y senadores cobrarán por su presencia tanto en el pleno como en las comisiones legislativas y que en la segunda mitad del mandato –corrido año y medio de la Legislatura–con la solicitud de 2.5 por ciento del padrón de electores registrado, se podrá consultar a la ciudadanía respecto de la revocación de mandato de los legisladores federales.
¡Ah!, pero henchido del espíritu juarista de la austeridad republicana –símil del valor patriótico que otros legisladores han esgrimido, como en su momento procedió el panista Gerardo Priego, que en la LX Legislatura regresó más de un millón de pesos que le correspondían por boletos aéreos no utilizados—Martí Batres Guadarrama renunció al servicio médico VIP reservado para los legisladores.
Dijo que enviará un oficio para renunciar formalmente al servicio médico privado de gastos mayores y solicitará su incorporación y la de su familia a los servicios médicos del Issste. Pero aclaró que en caso de requerir servicio médico particular, pagará de su bolsillo. ¡Faltaba más!
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