Congreso apoya Tratado de regulación de Comercio de Armas

Esta soberanía, le pidió a la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, que impulse entre los estados que participan en la conferencia un instrumento multilateral con altos estándares y amplio alcance que evite el comercio irresponsable de armas convencionales y prevenga su desvío al mercado ilícito.

Los senadores y diputados coincidieron en respaldar la postura de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de otorgar mayor importancia a la adopción de un tratado que señale la responsabilidad que comparten productores, comerciantes y usuarios finales.

Manifestaron que frente a una industria armamentista que opera a nivel global, los gobiernos no pueden depender únicamente de los sistemas nacionales o regionales de control, sino es necesaria una regulación internacional efectiva basada en el derecho internacional.

Señalaron que resulta indispensable una regulación a nivel internacional que homogenice las reglas del juego entre todos los estados, ya que la falta de controles exacerba la violencia en muchos países en conflicto, extiende la violación de los derechos humanos y contribuye a desestabilizar regiones.

En el documento aprobado, se indica que en el mundo circulan 650 millones de armas pequeñas, de las cuales casi el 60 por ciento de ellas se encuentran en manos de civiles, además de que cada año se fabrican 16 mil millones de municiones, es decir, más de dos balas por cada ser humano.

Por su parte, la Red Internacional de Acción sobre Armas Ligeras estima que en 2007 existían 875 millones de este tipo de artefactos y 74 por ciento de ellas en manos no autorizadas.

Se subraya que el número de armas civiles supera de 3 a 1 a las gubernamentales y sólo 800 mil son destruidas anualmente por las autoridades.

Agrega que el comercio global de armas oscila entre 60 mil y 70 mil millones de dólares anualmente, mientras que unas 750 mil personas mueren por causa de la violencia con armas ligeras ilícitas.

El diputado priista Carlos Flores Rico, explicó que existe una fuga en el comercio internacional de armamento ligero “que puede ir a parar a la delincuencia organizada y alimentar la violencia”.

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