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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de mayo (Quadratín México).- El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró apresurada la percepción de que la economía mexicana está en un periodo recesivo, tras la desaceleración que presentó en el primer trimestre del año.
En su reporte “Análisis económico ejecutivo”, refiere que la economía sufrió una desaceleración entre enero y marzo, al reportar una tasa de crecimiento anual de 0.8 por ciento, su menor avance desde que la actividad económica reinició su recuperación en el primer trimestre de 2010.
La información generó un ambiente de preocupación en el que incluso se llegó a mencionar un nuevo periodo recesivo, pero en opinión del organismo del sector privado, esta percepción “es un tanto apresurada”.
Ello, porque ese comportamiento refleja diversos factores estacionales, como el efecto generado por el periodo de Semana Santa, que en este año se registró en el primer trimestre, mientras que en 2012 fue en el segundo, lo que significó que en la comparación anual se confrontaran periodos con diferencia en el número de días hábiles.
Otro efecto calendario se refiere a la estacionalidad que muestra el ejercicio del gasto público, pues normalmente en el primer trimestre del año se canaliza el menor porcentaje de recursos, lo que incide en el flujo de la inversión física del sector público y, por ende, en el ritmo de crecimiento de la economía.
Esto se combinó con el inicio de un nuevo periodo sexenal, el cual se caracteriza por un flujo menor de recursos en sus primeros meses de actividad y explica en buena medida el hecho de que los flujos de inversión física fueran menores a lo que se tenía programado, argumenta.
Señala que este entorno contribuyó para que los pronósticos de crecimiento se ajustaran a la baja, como el de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que pasó de un avance del Producto Interno Bruto (PIB) de 3.5 por ciento a uno de 3.1 por ciento para todo 2013.
Precisa que si bien los datos disponibles anticipan que la economía mantendrá un modesto avance, se puede intuir que la corrección a la baja en las estimaciones obedece más a un efecto aritmético que a una preocupación real por el deterioro de la actividad económica en los siguientes meses.
Para alcanzar el nuevo pronóstico de crecimiento de la SHCP, se requiere de una tasa de crecimiento promedio anual de 3.9 por ciento en los siguientes tres trimestres, porcentaje que supera el resultado observado en igual lapso de los dos años anteriores.
“Evidentemente este no es un ritmo de avance que signifique el camino hacia una nueva recesión”, acota el organismo, al afirmar que la economía da señales de recuperación, pues los dos últimos trimestres se aprecia una modesta aceleración si se observa la serie de tendencia ciclo.
Considera que más que justificar el comportamiento de economía nacional, hay que preguntarse por qué no crece ya a tasa superiores a 4.0 por ciento, cuando está claro lo que debe hacerse para lograrlo.
En su reporte, el CEESP destaca que la inversión es el principal motor del crecimiento y, por lo tanto, es fundamental darle el mantenimiento necesario.
Plantea eliminar el efecto calendario que determina el flujo de la inversión pública y establecer programas multianuales, los cuales harían que este tipo de inversión fuera constante en todo el año, sin la preocupación del final del año fiscal o del periodo sexenal.
Refiere que según las cifras de la SHCP, en los últimos 12 años poco más de 19 por ciento de la inversión física del sector público se ejerció en el último mes de cada año.
El organismo de investigación de sector privado estima además necesario generar un ambiente en el que el capital privado, tanto nacional como extranjero, tenga un incentivo a fin de canalizar sus recursos para fortalecer la capacidad productiva de las empresas, y no verlo sólo como un refugio fiscal o financiero.
Si se eliminan las restricciones a la inversión privada en algunos rubros estratégicos y se propicia el mejor ambiente de negocios para la creación de empresas, aumentarían significativamente los proyectos que detonarían de inmediato un mayor crecimiento de la economía.
“No podemos desaprovechar el tiempo, no se puede bajar la guardia; es necesario insistir en que la única manera de eliminar los grandes rezagos que existen en el país es logrando un ritmo de crecimiento alto y de manera sostenida”, asevera.
Para ello, insiste, hay que estimular la inversión pública y privada, generar más empleos formales y bien remunerados, incrementar la productividad, y lograr los cambios necesarios en materia hacendaria, energética, de educación, salud y seguridad pública.
“La prioridad de los gobiernos debe ser ésta, de lo contrario podríamos perder nuevamente la oportunidad de crear las condiciones para que el país crezca de manera sostenida y mejore significativamente el bienestar de las familias”, subraya el CEESP.
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