Lamenta PAN en San Lázaro que presupuesto 2025 se destine a deuda
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de julio (Quadratín México).- En el presente sexenio se generaron dos reformas fiscales, se incrementaron las tasas de algunos gravámenes vigentes y se crearon nuevos impuestos como el IETU y el IDE; sin embargo, esto no fue suficiente para aumentar sustancialmente los ingresos presupuestarios del país, señalan datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y del Banco de México.
Según el informe anual del banco central del país, en 2007 los ingresos presupuestarios de México equivalían a 22 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Para 2011 pese a las diversas medidas adoptadas para reforzar la obtención de recursos, el porcentaje apenas subió a 22.8 por ciento. Es decir, que en los primeros cinco años del actual sexenio, el avance apenas fue de 0.8 puntos porcentuales.
En materia de ingresos tributarios la dinámica fue menor pues en 2007 su equivalencia como proporción del PIB era de 8.9 por ciento y para 2011 ese nivel apenas avanzó a 9 por ciento.
La recaudación en el país no aumentó de forma importante pese a que en este sexenio se crearon gravámenes de control como el IETU y el IDE, y se incrementó las tasas de IVA e ISR de 15 a 16 y de 25 a 28 por ciento, respectivamente, como medidas para paliar los efectos negativos de la crisis financiera internacional.
El Impuesto Sobre la Renta (ISR) pasó de tener un peso de 4.7 a 5 por ciento en el PIB de 2007 a 2011, mientras que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) apenas repuntó de 3.6 a 3.7 por ciento en el mismo lapso.
De acuerdo con datos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), el número de contribuyentes aumentó de 24.5 a casi 37 millones en el periodo 2007-2011.
“No es un problema de este sexenio, es algo de décadas. No hemos logrado pasar de niveles superiores a 10 por ciento en la captación tributaria, eso es preocupante, pues ya es un tema de sobrevivencia, un problema estructural, pues no hemos hecho la reforma fiscal necesaria”, aseguró el vicepresidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, Carlos Cárdenas.
Uno de los grandes problemas es que las pocas reformas que se han hecho son sólo para salvar el presupuesto del año siguiente y no se plantea una estrategia de mediano y largo plazos, precisó.
En opinión de Cárdenas, México tiene que aspirar a una recaudación tributaria equivalente a 18 por ciento como proporción del PIB.
A su vez, el subsecretario de Hacienda, Gerardo Rodríguez, dijo que durante esta administración hubo avances significativos como las dos reformas en materia fiscal que se dieron durante esta gestión.
Con ello se alcanzó una recaudación tributaria mayor a 10 por ciento, lo cual es un registro histórico para este componente.
“Hoy tenemos un sector de infraestructura más próspero y dinámico, como nunca lo habíamos tenido, hay una serie de carreteras, plantas de tratamiento de agua, proyectos de transporte urbano, productos de rellenos de residuos sólidos, que nunca se habían realizado por falta de recursos”, explicó.
El presidente ejecutivo del Grupo de Economistas y Asociados (GEA), Mauricio González, coincidió al explicar que mientras en México la recaudación tributaria apenas representa 10 por ciento del PIB, otras economías emergentes en América Latina tienen hasta 50 por ciento más que la del país.
No se trata agregó, sólo de cobrar más impuestos a la población, sino de tener lo suficiente porque el país tendrá una serie de gastos que afrontar en el futuro y que irremediablemente van a crecer.
“Lo preocupante es que hay gastos que van a crecer particularmente en pensiones, sistema de salud, educción y también para el combate a la pobreza, estos gastos simplemente van a aumentar porque la población crece”, señaló.
Eso fue lo que reflejaron los datos del informe anual 2011 del Banco de México, que a diferencia de los ingresos, el gasto neto presupuestario del gobierno corre a un paso más acelerado.
El gasto neto presupuestario en 2007 era de 21.9 por ciento como proporción del PIB, es decir, inferior que el tamaño de los ingresos que se obtenían; sin embargo, para 2011 alcanzaron 25.3 por ciento.
Mientras que los ingresos presupuestarios crecieron apenas 0.8 puntos porcentuales entre 2007 y 2011, el gasto neto lo hizo en 3.4 puntos porcentuales, es decir, 4.2 veces más acelerado que los recursos que se obtuvieron.
Al interior del gasto presupuestario, los datos del Banco de México revelaron que las erogaciones corrientes pasaron de 13.2 por ciento, en 2007 a 15 por ciento, el año pasado, mientras que la de capital (inversión) pasó de 3.6 a 4.9 por ciento.
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