Libros de ayer y hoy
Decir que es conveniente la legalización de la mariguana por razones de seguridad, terapéuticas o incluso para fines recreativos, como lo afirma el ex presidente mexicano Vicente Fox, está por verse. Falta medir sus consecuencias, además que no necesariamente tendrá que seguir el mismo curso de la legalización del alcohol. Debido a su modalidad de consumo y comercialización. En esto último es donde Fox dice que si le entra con ganas.
Si con la legalización de la mariguana se pretende disminuir los asesinatos y el contrabando como sucedió con el alcohol durante los años de la prohibición en Chicago, con el gánster de aquel entonces Al Capone. La yerba verde, aunque se diga no “mata” a nadie debido a que supuestamente sus efectos son “amigables” y no atentan contra la salud, no deja de ser un albur, no importa que algunos estados de la Unión Americana la hayan aprobado con fines recreativos.
En lo que respecta al alcohol a pesar de su legalización, la ley sigue siendo un factor determínate en su consumo, costos económicos y sociales. Como son los accidentes automovilísticos o el mismo vicio del alcoholismo y sus secuelas. Calamidades que azotan a la sociedad dentro de la legalidad pero que no se penalizan la excesiva producción, por ser una fuente económica inagotable para los gobiernos.
El alcohol es el mayor proveedor de récords criminales y de gastos en corte en Estados Unidos, que es medido en cuantas copas o cervezas se pueda consumir una persona en un tiempo determinado tomando en cuenta su peso, tamaño y el sexo.
Sobre la mariguana, cannabis o mota, lo que se supone tiene a su favor son sus propiedades naturales de curación o alivio en ciertas enfermedades o padecimientos. Además, supuestamente no crea vicio, que no sea la dependencia psicológica que supuestamente se mantiene bajo cierto efecto de raciocinio, lo que rara vez sucede con los bebedores de alcohol.
Sin embargo, el andar continuamente bajo los efectos de la mariguana o grifo, es ser mariguano, equivalente a ser alcohólico. Por lo mismo, también habría que determinar una medida para su consumo y penalización.
A diferencia del lo que sucede con el alcohol, que con unos tragos y una mentada de madre es probable se acabe en tragedia. Con los que “queman” yerba donde hay flaquitos que le ponen macizo y andan como si nada, cuando que hay chonchitos que a la primera se ponen como arañas.
El consumo “saludable y responsable” de cualquiera de ellas, ya sea en un brindis, aperitivo o para relajarse, puede ayudar a socializar y tener una comunicación agradable. Que no tiene nada que ver con cantinas, bares, tugurios y antros donde se consume hasta que el cuerpo aguante, oportunidad para que las autoridades estén al asecho y sometan a los ebrios y grifos y pagar por semejante falta.
Cuando alguien que maneja en estado de ebriedad se le hace una prueba con un aparatito llamado alcoholímetro que mide el nivel (?) de alcohol, de andar “pasado” va a parar al ‘torito’ (centro de detención en la ciudad de México). En el estado de Illinois es de (.08) aproximadamente 4 bebidas en la primera hora si se está sanote.
Pero para medir el grado de intoxicación con mariguana habrá que tener un “grifmetro”. Si anda pasado deberá pagar lo que hasta ahora le corresponde al Chapo Guzmán o a Vicente Fox si le entra al negocio. Quien quite y él mismo como empresario sea el creador del “grifómetro”. Lo que sí es cierto es que legal o ilegal a los productores y distribuidores nadie les mide las ventas ni las ganancias, como sucede con el alcohol que se vende en cantidades industriales. Para después salir con el cuento que si un consumidor se pasa de unas copitas o un toque de más se le criminalice.
La ganancia sería ya no ver tanto muerto regado y desaparecidos, algo tenía que costar.
QMX/rf
CARTAS DESDE CHICAGO: El “Grifómetro” Fox – Al Momento Noticias.